Por: Ana Perla
INTRODUCCIÓN TEÓRICA A LOS
ESTUDIOS LITERARIOS
1.
Grecia y Roma Clásica
Podríamos decir que el principio de la literatura viene desde el siglo
IV. a.C. cuando por primera vez Platón pone en duda el “mythos” y pone por encima de ello al logos, a la lógica y
conocimiento. Comienzan a preguntarse si es cierto el mito y aquí aparecen las primeras
conexiones entre la lógica,
el discurso y el
pensamiento orientado al conocimiento.
Dado al poco avance que había en esta época en el campo referente a la
literatura, la idea de creación
literaria todavía no estaba muy desarrollada. Para los griegos y teniendo
todavía como referencia la idea del mito y el logos, creían que la creación del
autor, o del poeta
de esa época, venía dada por la influencia de unas musas. Estas musas eran los dioses o seres
divinos que se encarnaban en el poeta y le ayudaban a crear. Esto es lo que se
conoce como Teoría del
Furor Poético, que dice precisamente eso, que el poeta es simplemente el
creador y transmisor de un mensaje divino que debe ir dirigido al público, que
son los simples espectadores. Ya veremos más adelante que esta será la base de
la poesía grecolatina occidental.
Otra de las ideas principales, y de las que más revuelo va a causar en
el panorama literario, va a ser la idea de la mímesis o imitación de la realidad. Platón era un
filósofo obsesionado con la verdad, y eso conllevaba a representar la realidad
en su mayor grado de veracidad. Para este filósofo de nada sirven los artes
imitativos que solo se aproximan a la realidad, porque lo que hay que hacer es
imitarla, expresarla en su máximo auge. La obra no es un pasaporte de traslado a otros mundos
imaginarios, la obra debe mostrarnos la realidad tal cual es a través del arte.
Esta idea va a ser revalorada por su discípulo, Aristóteles, que va a
desarrollar mucho más la idea de la literatura. Para Aristóteles, más
obsesionado con la potencia y con el acto, buscaba la mímesis o la imitación de las acciones
forzadas tal y como se producen en la realidad, para así poder
determinar sus causas.
Ligado a este concepto estará la catarsis, que busca la provocación en el lector. Con provocación
nos referimos a la producción
de sensaciones como el miedo o la piedad en el receptor. Sin darse
cuenta, de esta manera la poética
se conecta con la retórica, formando un discurso verosímil que al final
une a la retórica con la lógica. Esto es lo que se conoce como silogismo, y consiste en
buscar la verdad a partir de la lógica, de la que podemos encontrar dos tipos distintos: la lógica
formal que contiene los conceptos plenamente veraces, y la lógica informal, que
es la portadora de los hechos posibles.
Respecto al concepto de los géneros, fue Aristóteles el primero en desarrollarlos. Para él
existían cuatro tipos de géneros en los que podían integrarse las obras
literarias, y estos eran: la épica, la tragedia, la comedia y la retórica.
La épica es el género encargado de transmitir
valores, de forma parecida a la tragedia, la diferencia es que esta se va a encargar de la
didáctica más que de la transmisión. La épica y la tragedia son la base de la educación.
En ellas se encuentra la enseñanza de la ética (ethos), y la reflexión sobre la misma (pathos), a partir del
autoconocimiento y la empatía. Es más, más adelante van a combinarse juntas en
un concepto al que denominamos ditirambo, y supondrán la aparición de los géneros de la ironía y la sátira. Debemos tener en
cuenta que dentro de la tragedia podemos destacar las partes de sus constituyentes, estos
son: el significado, el argumento, el contenido, los caracteres y las partes de
la obra.
-
Significado: es el contenido final de la obra. Lo que
quiere transmitir.
-
Argumento: tema principal de la obra sobre el que se desarrolla toda la
historia.
-
Contenido: conjunto de elementos significativos que componen la estructura final
de la obra.
-
Caracteres: son representativos de los seres humanos.
-
Partes:
· Prólogo: es el inicio de la obra en el que se hace
una breve introducción de lo que va a ocurrir.
· Pathos: es el desarrollo de la obra narrado por un
narrador.
· Éxodos: es el final de la obra.
En relación con las obras y la mímesis, Aristóteles elaboró una serie
de reglas que han sido imitadas en el ámbito literario durante muchos años.
Esta es la regla de las tres
unidades, de tiempo, de acción y de lugar. Para Aristóteles la
representación de la realidad también era importante, aunque no de un modo tan
obsesivo como el de su maestro. Lo que buscaba con estas reglas es que el
trascurso de la obra fuese durante un momento real, haciendo de ella un
conjunto basado en la unicidad. Es decir, no podemos hacer un obra de teatro
que conlleve varios días, o que transcurra en varios lugares con distintas
tramas. Esto no es veraz porque en la vida real no pasa, y por eso las acciones
deben ser representadas a partir de estas reglas.
Como estudio final de Aristóteles nos encontramos con la retórica, que va a buscar
el conocimiento verosímil y universal a partir de un método que
sea prácticamente científico. Se definirá brevemente como la técnica empleada para
desarrollar el texto. La retórica va a suponer una gran influencia en la
polis, donde todo era hablado, pensado y escrito, con lo que va a suponer la
herramienta principal de expresión y transmisión de ideas.
Cuando termina la época de la Grecia Clásica, van a entrar los romanos y su gran Imperio,
que como ya sabemos ocupó prácticamente la Península Ibérica y la Europa que se
conocía hasta entonces. Se van a caracterizar por la gran influencia que van a
tener de la época anterior, pero van a añadir nuevas visiones y aplicaciones de la literatura.
El primero de los autores que caracterizan a esta época va a ser Cicerón, que con su
“Rethórica ad Herennium” va a continuar estudiando los Tratados de Retórica que
poseía Aristóteles. Lo que va a hacer es centrarse, como explicaba antes, en el
discurso retórico, en
el arte de crear un texto. Va a decir que todo él es aplicable a la polis,
tanto para la realidad social como las actividades del senado, como para la
literatura en muchos aspectos. Sin embargo, va a ampliar mucho más el concepto,
y va a dividir el discurso en cinco
partes.
-
Invención: conjunto de argumentos inventados o reales que componen el
discurso retórico.
-
Elocución: forma y estilo de elaborar el discurso.
-
Disposición: estructura de todos los argumentos
del discurso.
-
Memoria: proceso de memorización del discurso de forma natural o artificial.
-
Acción: gesto y tonos empleados para elaborar el discurso.
Siguiendo a Cicerón tenemos a Horacio que va a tener tanto influencia de éste como de
Aristóteles. Pero va a decir que la poesía no es retórica, que en definitiva es la creación
artística literaria surgida del autor, que posee un ingenio natural o talento que combinado con el ars, es decir, la técnica de
la práctica del ejercicio, dan lugar a la obra.
Virgilio va a hacer una nueva distinción de los
géneros, y llega a la conclusión de que todas las obras pueden orientarse en
tres tipos diferentes: la Eneida
será la que agrupe todos aquellos de estilo elevado y sublime, mientras que la bucólica o égloga, y la geórgica, agrupará todos los
demás que tienen un estilo medio o vulgar, sin ningún tipo de complicación. Es
la primera vez que van a aparecer los personajes determinados por su forma de
habla.
A continuación llega Quintiliano,
y dice que la poética de Horacio no vale nada, que lo que interesa es la
retórica en su pura esencia, es decir, la oratoria. En este caso va a dividirla en tres
partes, que serán la oratoria
forense, deliberativa
y apodíctica. La
primera va a emplearse para demostrar la culpa o inocencia de un acusado a
partir de argumentos reales o inventados. En cambio la deliberativa va a tratar
el tema de aprobar o derogar leyes, y finalmente la apodíctica tratará de
estudiar la forma de hablar en público, el arte puro del discurso. Esto será,
en definitiva la base de toda la poética clásica.
Cuando comienza a caer el Imperio romano y llegan los bizantinos, el
panorama literario vuelve a cambiar. Se comienzan a preguntar por lo sublime (Longino), por los elementos
que debe haber en una obra para que sea lo más elevada posible. Esto lleva al
estudio exhaustivo de la retórica
y la literatura.
Por otro lado, la época de la Helenística, con autores como Hermógenes de Tarso, comienza a elaborarse la Teoría de la Retórica, pero
mucho más amplia que la idea que había planteado Aristóteles en un primer
momento. Ahora el concepto habla de la estrategia y el poder de la argumentación a la hora de interpretar los
textos. También se desarrolla el tema del estilo del autor y de cómo esto determina la obra.
Para los romanos la idea de las musas también va a cambiar con respecto a la idea
que tenían en Grecia, y es que es posible que las musas inspiren pero es el
autor quien tiene su conocimiento y técnica, que al final es lo que
cuenta en la obra.
Finalmente Halicarnaso
estudiará la estructura adecuada que deben tener el verso y la prosa en los textos, para así
garantizar la perfección de su forma. Tampoco va a estar de acuerdo con la idea
de poética que tenía Horacio.
IDEAS CLAVE
-
Platón:
· Mito y Logos.
· Teoría del Furor Poético.
§ Musas.
· Mímesis.
§ Realidad.
-
Aristóteles:
· Mímesis.
§ Acción.
· Catarsis.
§ Provocación.
· Géneros.
· Retórica.
· Poética.
-
Cicerón:
· Discurso retórico.
-
Horacio:
· Ars e ingenium.
-
Virgilio.
· Géneros.
-
Quintiliano:
· Oratoria.
-
Longino.
· Sublime.
-
Helenística.
· Teoría de la Retórica.
· Estilo.
· Musas.
2. La Edad Media y los siglos XV-XVII
La Edad Media va a partir de la imitación de la Grecia Clásica y
el Imperio Romano, y muchas de las ideas que se desarrollaron en estas
épocas anteriores van a ser tomadas como inspiración y admiración del mundo
clásico.
El texto es una construcción que sigue las
reglas de un dogma,
y la Ley de la Retórica
será la que establezca las normas que debe seguir el discurso, sus herramientas
de construcción, y cómo la obra debe estar valorada en función de estos dos
aspectos anteriores. En ocasiones será la poética quien haga juicios sobre el
autor, lo que se denominará como poetización de la retórica.
La idea medieval de la elaboración del texto
va a seguir el esquema de la imitatio
y la variatio. Esto consiste en imitar el estilo de los antiguos,
conservar la esencia de sus obras, pero añadir también variaciones en el
significado para innovar un poco sobre el texto. Además la originalidad va a
ser premiada a la hora de juzgar la obra. Como en todas las corrientes, en esta
también los va a haber que estén de acuerdo con seguir este esquema, ya que los
sabios son admirados y debemos mirarlos para contemplar toda la grandeza que
crearon; y luego están los que dicen que es un insulto tratar de llegar si
quiera a lo que ellos fueron. Sin embargo, fue un esquema tan seguido y tan
revolucionario, que el cambio fue prácticamente inevitable y renovador, a pesar
de que se partiera de las ideas de antiguos como Cicerón y Quintiliano.
Uno de los grandes de esta época va a ser Boileau, el gran defensor
de la obra y de su contenido. Para este autor y para muchos otros lo importante
de la obra era que su contenido estuviese por encima de la forma. Poco a
poco se comenzaba a dar más importancia a la enseñanza y la razón, y a pesar de
que lo divino estaba muy vigente, ambas iban cobrando fuerza. Por ejemplo,
Boileau lo que decía es que el pueblo también tenía derecho a una educación,
y que debían tener acceso a esa cultura que los poderosos habían conservado
toda su vida. Tenían que aprender para poder enfrentarse a los que ya poseían
el saber. Pero estas ideas tan revolucionarias en la época medieval no le
gustaban a nadie: a los ricos no les gustaba porque la cultura era cosa de
nobles y de estamentos superiores, no del pueblo, y a éstos por su parte, no
les gustaba la idea de que los niños fueran al colegio en lugar de trabajar las
tierras y ganar dinero. Todo ello hace que se dé mucha importancia al conocimiento,
y se va a buscar escribir para la eternidad. Lo que importa es que el concepto
que yo creo en la obra dure por los siglos de los siglos, y pueda entenderse en
cualquier época. Para muchos la literatura simplemente era política, pero para
otros era la manera de representar la realidad siguiendo unas reglas de
tiempo, espacio, acción y tema, tal y como dictaba Aristóteles. Vamos viendo
como poco a poco se asoma la razón, a pesar de que se le dé importancia al decoro.
La obra debe ser didáctica, mimética, pero debe representar solamente las
buenas acciones porque si fomenta la representación de actos rebeldes como
ocurre con el Cid, entonces el pueblo se revela contra la sociedad feudal, y
esto es algo que no puede suceder. Para este gran defensor de la literatura y
el teatro, el autor debe guiarse por su genio, que es el que le ayuda a tener
el impulso de crear la obra; pero jamás debe estar por encima de ella, es más
importante lo que la obra dice que el autor. Además va a evitar por
todos los medios la retórica. De esta forma, el teatro, que tiene gran influencia en
esta época, va a buscar la enseñanza a partir de la imitación y la semejanza
con acciones que son consideradas correctas y morales (desde el punto de vista
de la época). Además, va a buscar la recreación de los personajes (como hacía
Horacio en la Roma Antigua) a partir de los arquetipos de persona. Por otro
lado va a evitar las actitudes irónicas, y toda la recreación y representación
de la obra van a estar guiadas por la dulcificación, teniendo siempre como
punto final un elogio al rey y al autor.
El pensamiento medieval va a estar muy
influenciado por las ideas de Kant, que entenderá y aplicará la dualidad del conocimiento: por un lado tenemos el conocimiento
trascendental y por otro lado está el conocimiento experiencial. En ninguno de
los dos va a haber medidas. Por su parte, el conocimiento experiencial
va a partir de la idea de que todas las acciones están ligadas a la experiencia y de que nada es
subjetivo. El mundo está ya escrito y nosotros no lo podemos cambiar, los hechos que ocurren y
que nos destinan ya son insoslayables. De esta idea sacará Heidelberg la idea de que
somos parte del mundo pero que en realidad no tenemos muy clara cuál es nuestra
posición en él: una cosa
es la existencia, porque todos existimos, pero otra muy distinta es el acceso
que tenemos a la realidad. La realidad es medible y ajena, está escrita y no podemos cambiarla.
Goethe, casi romántico y precursor del “Strung un Drag”, va a tener un punto
bastante tradicional y va a ser tremendamente seguidor de la época clásica, a
la que va a admirar por encima de todo. Lo que va a hacer es cambiar por
completo el concepto de mundo
que se tenía hasta entonces. Para Goethe
el mundo es perfecto, porque podemos observarlo desde fuera, y analizarlo al
igual que hacemos con la realidad, para después entenderlo. El mundo es
perfecto porque está lleno de irregularidades que lo hacen complicado. Tanto el
mundo como la realidad son analizables y entendibles, y por lo tanto totalmente
perfectos. Otra de las ideas que va a añadir va a ser la de la perfección de la obra.
Las ideas son ajenas al objeto, es decir, otra vez el concepto está por encima
de la obra. De hecho va a decir que una obra de arte encuentra la perfección
fuera de sí misma, en la idea del artista. Esta manera de entender el arte como artefacto, es
lo que nos lleva a distinguir la situación de poder que tiene el artista sobre
los demás, porque es él quien puede observar el mundo para poder crear una obra
perfecta llena de conocimientos universales que jamás se pierdan en el tiempo.
Hay que representar el absoluto
de la naturaleza, que es a lo que estamos aferrados porque es lo único
seguro y fiable, y esto debe decirlo la obra en todo momento.
Tanto para Kant como para Goethe, van a ser los antiguos los
que realmente son capaces de crear ideas ajenas de la naturaleza. Y
también van a decir que el arte nos aproxima más a la verdad que la
ciencia, ya que el arte puede contener los conceptos universales por los
siglos de los siglos.
Del concepto del mundo, y de la idea romántica
de que el poeta sale de él y actúa fríamente desde fuera, va a surgir la idea
del estudio de la cultura
de los pueblos. Se va a hacer una separación entre el mundo y el arte,
pero dentro de un concepto que puede entenderse de forma paralela. Es decir, Herder lo que quiere explicar
es que hay que conocer la cultura de los pueblos, porque todos los pueblos
tienen su manera de ver y actuar en el mundo en función de su cultura. Si
comenzamos a sumar las acciones y las evoluciones de estos pueblos, nos
encontraremos con que el mundo desarrolla procesos similares, y que de un
pequeño cambio al final eso es fruto de la evolución. Sin embargo no debemos
entender esta forma de ver el mundo y los pueblos como un nacionalismo
excluyente de culturas que se pisotean unas sobre otras, sino que es un
nacionalismo incluyente en el que las culturas aprenden unas de otras y al final
avanzan todas juntas hacia la evolución de la humanidad.
Goethe
y Schiller van a entender el estudio de la realidad a
partir de métodos científicos, es decir, que para estudiarla y conocerla
hay que seguir unas reglas del objeto que el autor no debe saltarse. En esta
época, el autor de la obra estaba por encima del resto porque tenía la cualidad
de que podía salir del mundo y representarlo a partir de su experiencia. Sin
embargo, lo que se busca en el arte es la creación de conceptos, y esto
convierte al texto del artista en un fallo porque realmente no está expresando
lo que quiere. En este proceso existen unas reglas del juego, que es lo
que impulsa a crear al artista, porque estas reglas son creadas por él y además
eliminan del todo el tiempo, por lo que es prácticamente libre. Este juego es
sagrado y trascendental y todos los autores deben seguirlo. Poco a poco van a
ir rompiendo con la retórica y abogando por la libre creación.
Por otro lado está la idea del tiempo, que está igual de
vigente que la del mundo. Partimos de la idea de que en la época clásica el
tiempo era circular, es decir, que se construía para destruir y después para
renovarse. Sin embargo la Edad Media va a cambiar esta idea y va a abogar por
el desarrollo y la evolución, para llegar a alcanzar lo trascendental. Siguen
el camino del progreso. En la poética medieval no hay tiempo y se quiere imitar
a la Roma Clásica, pero este gran imperio cayó y fue destruido, por lo que
tenemos que indagar en sus ruinas para construir encima de ellas y volver a
darles el valor que tenían en su día; pero a la vez que hacemos esto no debemos
olvidarnos de avanzar y de innovar. Es una idea algo más lineal.
La literatura de la Edad Media funciona a partir de leyes creadas
por el autor, que al buscar una obra veraz y universal que perdure por los
siglos tiene que imitar y plasmar la naturaleza tal cual es; y por supuesto,
situar al concepto siempre por encima de la forma y al autor por debajo de su
obra, ya que no puede destacar más que ella. El poeta tiene la ventaja de poder
salirse del mundo y observar la realidad desde fuera, para así construir a la sociedad,
que es el centro de todo en esta época. La historia
de la literatura va ligada a la historia de los mundos, primero hay
que entender la historia del pueblo y su avance, y después aplicarla a la
historia y la literatura medievales, para poder plasmar la realidad en las
obras y convertirlas en eternas y comprensibles para todas las épocas que
vengan después.
La estética medieval va a buscar la similitud en las obras. Quiere
imitar la realidad a través del esquema de la imitatio y la variatio. Van a
buscar, como he dicho antes, la atemporalidad y el infinito en las obras que
puedan entenderse para siempre y que sobre todo sea equilibrada y sobria, no
pueden crearse obras en otros estados. No creen en la inspiración de las
musas. Solo creen en la elaboración de la obra a partir de reglas
internas y reglas externas, morales, que hacen del texto un elemento decoroso.
Sin embargo, poco a poco el decoro pierde peso y se empieza a dar más
importancia al gusto.
En la poética vamos a encontrar a autores más relajados
que van a expresar sus sentimientos hacia lo divino. Ya no se cree en
las musas platónicas, porque ahora lo que inspira de verdad al autor es Dios. Hay una total cristianización de
las obras, e incluso va a llegarse a decir que la literatura es solo para gente
con vocación poética y fervor literario, que sean capaces de entender la obra y
valorarla por su técnica (retórica empleada). Por otro lado, se va a
atacar contra los géneros que había en la época clásica, y se va a decir que
han surgido otros nuevos, que son: la poesía, la escritura de cartas, y por
encima de todas las obras que transmitan la doctrina teológica.
Los siglos XV y XVI van a seguir más o menos estos pasos, pero va a
haber autores que van a decir, por ejemplo Lorenzo Valla, que independientemente de lo que diga
la Iglesia, también podemos encontrar placer
en las obras intelectuales y no solo religiosas. Van a decir que el placer es
legítimo y que si Dios sitió placer cuando creó el mundo que el artista
representa en su obra, es lógico que también el artista sienta ese placer
cuando escribe. Pero, ¿qué
elementos son los que provocan placer
en el autor y en el lector? Van a empezar a preocuparse de nuevo por el
gusto, que no saben si depende de la técnica del autor o del gusto del lector
(esta es una idea que surgirá hacia el siglo XVII, cuando comience a buscarse
de forma desesperada la sublimidad del texto).
La retórica vuelve a ser de nuevo el centro del sistema porque a
partir de ella podemos conocer la teología y la base de todos los estudios
humanistas. Además, con el avanzado desarrollo que hay en las lenguas
vernáculas el conocimiento comienza a transmitirse mucho más rápido, y en
consecuencia el pensamiento también. La retórica es el centro de todo, y la
única técnica posible para crear la obra. La lógica y la retórica van a
entenderse como conceptos separados, ya que según autores como Ramus, a la lógica le corresponde
la dialéctica (la inventio y la dispositio), mientras que la retórica es
toda elocución. Esto va a conseguir que la lógica y la retórica terminen
fundiéndose en la poética, que por
su parte lógica seguirá el planteamiento cartesiano de leyes y sistemas
perfectos para crear, y por otra parte estará la elocución, y el cuidado en las
formas de expresión del texto.
En el siglo XVI, Europa estaba dividida entre los católicos que
seguían las ideas de Aristóteles, y los protestantes, que buscaban un cambio
tanto en la literatura como en la historia. Este cambió será sobre todo en la creación, que algunos comienzan a
plantearse que no es tan divina como dicen. También hay que tener en cuenta que
la ciencia estaba avanzando mucho, y la medicina igual, por lo que comienza a
entenderse la literatura como un estudio
anatómico, es decir, dividiéndola en partes cada vez más pequeñas hasta
conseguir exprimir todo su significado por completo (sacar toda su esencia y
contenido).
El concepto de mímesis
también va a cambiar, y va a ser Patrizzi quien lo haga, con la idea de que no es posible hacer
mímesis a través de la literatura porque las palabras solo pueden evocar,
pero no pueden representar la realidad.
Poco a poco vamos viendo como las ideas
clásicas se pierden y Aristóteles y sus reglas van quedando olvidados. El Romanticismo viene
pisando fuerte y trae innovaciones tanto en el teatro como en toda la
literatura. Se dejará de seguir la regla de las tres unidades y ahora es un narrador
quien conoce todo de los personajes y se encarga de contarnos su historia, formada
a base de tramas.
IDEAS
CLAVE
-
Dogmas.
· Ley de la Retórica.
· Poetización de la retórica.
-
Texto.
· Imitatio.
· Variatio.
-
Genio y
decoro.
-
Eternidad.
· Concepto por encima de la forma.
-
Dualidad
del conocimiento.
· Trascendental.
· Material.
-
Mundo.
· Realidad.
§ Estudio a partir del método científico.
· Existencia.
· Evolución.
§ Cultura de los pueblos.
-
Absoluto
de la naturaleza.
-
Dios es
la inspiración.
-
Placer.
· Sublimidad.
-
Literatura,
estética y poética:
· Decoro.
· Gusto.
· Cristianización.
-
Retórica.
· Dialéctica.
· Elocución.
-
Poética:
· Elocución.
· Retórica.
-
Mímesis.
3.
El Romanticismo (XVIII)
“¿Dónde
está todo lo que no existe?”, “cuando escribo no siento, cuando siento no
escribo”.
El Romanticismo va a romper con las ideas de
la Edad Media, empezando por Goethe
y Schiller, que van a tener sobre todo influencia kantiana, y prevén la llegada de una
nueva sociedad confusa en la que las personas no saben si creer en lo
trascendental o aferrarse a lo material. Las ideas de espacio y tiempo comienzan a tambalearse, y
eso supone un gran conflicto con la idea de mundo que se había tenido hasta
ahora.
Algunos como Moritz, totalmente positivistas, van a estar
obsesionados por el materialismo, pero no por conservar lo material, sino por
desecharlo. Lo que importa es el estudio de lo que es la trascendencia y expresarlo a través del arte, que puede ser tanto
la poesía como la literatura.
De estas ideas va a surgir un nacionalismo exaltado
pero incluyente,
que venía evolucionando desde la Edad Media. La idea de pueblo va a ser una de
las más desarrolladas, ya que al igual que en el periodo anterior se partía de
la idea de que había que conocer a los pueblos, a sus habitantes y a todo lo
que los rodeaba a partir de su cultura, porque cada uno de ellos tiene una
esencia que lo hace especial y que lo ayuda a avanzar, y del avance y la
cultura de todos los pueblos viene el cambio, el avance universal del mundo.
Para los románticos todo gira en torno al arte,
el placer y la belleza. El arte
será la mezcla entre el amor y la belleza, será el centro de todo. Cuando
entramos en contacto con el arte el yo se pierde por completo, el tiempo se para y todo queda bloqueado en un
momento estático, perfecto, que evoca todo tipo de sensaciones. Luego está ese placer de crear, el hectare, el poder
perderse en la obra y dejar todo mi ser fuera para fundirme en lo trascendental
de la obra, olvidar y dejar a un lado lo material para soñar dentro del mundo onírico al que se
huye. Todo esto es bello, pero no es de esa belleza
que se emplea como fin y
utilidad, sino aquella que simplemente produce placer porque es perfecto contemplarla y entrar en contacto
con ella, y lo mejor de todo es que podemos alcanzarla a través del lenguaje de la obra. La
belleza no se ata, es solo una sensación sublime que nos hace perdernos en nosotros mismos,
que juega con su independencia y es tan compleja que es imposible estudiarla. Es el arte por el arte. Hacer belleza es crear.
No hay necesidad de material o utilidad, solo hay que dejarse invadir por las
sensaciones que ésta nos evoca.
Todo
lo que nos rodea puede ser nombrado.
Dios les ha dado a los artistas el poder de conocer todo lo que nos rodea, de
poder sacar lo
trascendental de lo material y representarlo en la obra a partir del lenguaje
divino. El artista debe representar las imágenes que Dios ha puesto en
el alma. La perfección la tiene Dios y por eso es inalcanzable, pero podemos
alcanzar a definir lo material que nos rodea y a representar la belleza de su
interior. El lenguaje de la naturaleza es el que posee Dios y el artista posee
el genio para
interpretarlo y plasmarlo. Solo los pocos elegidos tienen este don, que
consiste en sentir y expresar la naturaleza a partir de dejar fuera lo material
del mundo, y conseguir captar e interpretar la esencia de las cosas. Estas
ideas van a partir de autores como Waokender, o de las mentes de aquellos que veían al poeta como aquel que guardaba los sentimientos en la
memoria.
Schelling será uno de los grandes románticos de la
época. Para él el objeto
es simplemente la forma, algo que no sirve de nada, pero en él hay un espíritu,
una expresión que debemos sacar. La perfección está en el movimiento, en el paso del objeto de lo material a
lo trascendental. El artista
debe encargarse de captar el espíritu de la naturaleza y de buscar en ella todos los ápices de belleza que haya, porque
de esta manera podrá mostrarnos su esencia. El don del genio va a seguir vigente, y será la única forma en que el
artista va a poder alcanzar lo sublime, que es esa sensación de haber tocado el infinito con
los dedos, ese momento en el que el tiempo se detiene y se alcanza el máximo
placer de la obra, cuando somos todo trascendencia y lo material queda lejos y
no nos asfixia. El autor gracias al genio es capaz de dominar su consciente y su inconsciente. Es el genio
quien previene y domina el inconsciente para evitar los errores en la obra y
proponer un nombre artístico para la misma. Finalmente el arte, fruto del genio del
artista, buscará la creación
de otros mundos. Se alejará de la forma para fundirse en la belleza y
entrar en contacto con la esencia de la naturaleza, que debe ser captada a
través de la obra. El artista va a percibir todas estas formas y lo que va
a plasmar es su percepción frente al mundo. No hay mímesis, no
quieren imitar la realidad real, sino la esencia desconocida de la
naturaleza que nos rodea.
SUBLIMIDAD: la sublimidad se define como la esencia cósmica y profunda de las cosas. Cuando
alcanzamos lo sublime estamos tocando el infinito. Es este momento inolvidable en el que
entramos en total contacto con la experiencia trascendental, cuando por fin
podemos comunicarnos con la verdadera esencia de las cosas. No hay nada más
bello que involucrarse por completo en la trascendencia del infinito, en perdernos en él. Se
alcanza gracias al genio
y cuando el alma se libera
de la represión material, conseguimos perder la forma y llegar a la
esencia, a ese interior olvidado. Sin embargo, el único que puede alcanzar este
clímax es el artista.
Podemos empatizar con él pero nunca podremos llegar a lo que él ha sentido;
podemos comunicarnos con su obra, pero no podemos sentir lo que él sintió. La
sublimidad es el placer de unos pocos, de aquellos que tienen el poder del talento. El yo será el
centro de todo. Es la época del artista egocéntrico. Lo sublime rompe además con todo canonismo:
la belleza es siniestra,
pero aun así atrae al artista. Para alcanzarlo primero tenemos que encontrar un
objeto, después debemos despojarle de su parte material y dejar solo la
esencia. Cuando hayamos hecho esto, tenemos que introducirnos en esta esencia y
buscar su belleza, entonces sentiremos un gran placer y el contacto con el
infinito, lo que indicará que hemos llegado a lo sublime. La pasión será una de las
bases para conseguirlo, ya que es la única que puede transportarnos de lo
finito a lo infinito, y es la que hace que podamos perdernos en el objeto. Esto
además de traer una sensación única y plena nos hará perdernos en el mundo, en
tener poder sobre
él y el orgullo de haber conseguido dominar el inconsciente para ser consciente en todo momento del placer
que estoy sintiendo (armonía
temporal).
Bécquer, uno de los más alabados románticos, va a
desarrollar sus ideas sobre todo en torno al tiempo. Lo que hace es crear tiempo en sus obras.
El ser humano es, vive por los momentos de sublimidad, sino nada tiene sentido. La vida
es lo sublime. El momento de la intensidad tremenda es lo único que
importa. Aunque no son materialistas, saben que necesitan la forma para llegar hasta la esencia.
Lo único útil en todo el objeto es su forma, porque la belleza es bella porque
es perfecta, no por útil. En lo sublime no hay causalidad, es indescriptible.
Bécquer va a entender al ser humano como a un ser perdido en el tiempo y limitado por su muerte.
Hay que vivir la vida con intensidad, todo es un carpe diem, hay que vivir el momento y no hay nada
futuro. No sabemos cuándo todo puede acabar y por mucho que traten de escapar
no van a poder, solo pueden crear mundos alternos a los que trasladarse cuando no soportan el
mundo material, pero siempre van a acabar muriendo. Solo se vive por el recuerdo del instante,
por esa sensación de lo sublime, por el momento concreto. No hay nada más
bello, más perfecto. Toda la atmósfera de lo sublime debe quedar reflejada en
la poesía.
La poesía no es solo un
texto, la poesía es el reflejo de una persona que ha plasmado todo su interior
en ella. A veces el poeta debe sentir como una mujer, exageradamente y desesperadamente (idea
tremendamente romántica y machista), ser un histérico. El misterio está en el
instante, y ahí es el único sitio donde el poeta está protegido. El genio, el egocentrismo
del artista les produce insomnio, es difícil ser un creador e interpretar el lenguaje divino, y plasmar
todo mi interior en una obra. La belleza será el espíritu que resida en el alma, será
la única forma de vivir y de sentir. Quiero alcanzar la belleza porque es como
una droga a la que estoy atado, que me hipnotiza. A pesar de que la forma sea
imperfecta tengo que cuidarla, porque si no jamás podré alcanzar la esencia de
las cosas, y por lo tanto no podré estar en contacto con la belleza.
El Romanticismo va a caracterizarse por el rechazo de toda imitación
cartesiana de la naturaleza. La obra de arte es por un lado la de Dios, que es la
naturaleza, y luego está la obra
del artista que representa lo creado por Dios, el arte. Va a haber plena dualidad entre la belleza y el concepto de utilidad. La perfección
de la obra será el objeto en sí mismo, el artista es egocéntrico, pero la obra
lo es aún más. Por eso se suspende el yo en la literatura, porque interesa
plasmar la idea de la perfección
de la naturaleza. El tiempo
en las obras también va a perder su percepción clásica en la que el mundo era
circular y en la que se avanzaba para retroceder, siempre en una rotonda.
Después pasamos por el clasicismo que era todo lo material y lo banal, que al
romántico no le interesa. Y finalmente llega el yo, la espiral del mundo romántico, donde nunca
sabes porque camino te llevará el destino.
El genio será la base del espíritu romántico y la fuente que explique
la actitud del poeta. El autor
es superior al resto, tiene un don y puede entrar en su alma y después hacer
que todas sus sensaciones broten en un texto, que un simple lector jamás
llegará a comprender. Puede admirarlo si es también un genio, pero sino no
apreciará tal explosión de belleza.
El amor también estará presente. El artista quiere experimentar y
conocer el mundo, y para ello no hay nada mejor que el amor, que es lo más
bello de todo. La poesía será profunda y existencial, todo son sensaciones y sensibilidad. El autor
querrá introducirse en la amada y evocar continuamente la perfección de los
momentos vividos junto a ella. Se desesperaran por el amor eterno y no podrán vivir sin ella. Les han robado el alma.
IDEAS
CLAVE
-
Mundo.
· Material.
· Trascendental.
-
Espacio.
· Huida.
-
Tiempo.
· Momento.
· Carpe Diem.
-
Expresión
a través del arte.
· Sentimientos.
· Belleza
· Placer.
§ Si
Dios sintió placer al crear el mundo, ¿por qué el artista no puede sentirlo
también al crear la obra?
· Pérdida del yo.
· Sublimidad.
-
Nacionalismo
incluyente.
-
Representar
la realidad y no la naturaleza.
· Lenguaje divino.
· Genio.
§ Arte como artefacto.
§ Artista.
· Egocéntrico.
· Superior.
§ Lenguaje.
§ Talento.
§ Pasión.
· Observa el mundo desde fuera.
· Genio.
-
Objetivo.
· Captar la esencia de las cosas a partir de la
forma para llegar a lo trascendental.
§ Belleza de lo trascendental.
§ Utilidad de la forma.
-
Amor.
· Histeria.
4.
El Modernismo y el
Posmodernismo
Del Romanticismo pasamos al Modernismo (XIX-XX), que va a romper
con todo lo anterior. La modernidad lo que va a buscar son las cosas fiables, y al venir
determinado en gran parte por las ideas kantianas, va a haber una gran duda
sobre cuál de los dos mundos (trascendental y material) es más real. Para ello, una de las
cosas que van a hacer va a ser estudiar el fenómeno a partir del conocimiento científico, con
la intención de llegar a la trascendencia.
Esta teoría también va a aplicarse al campo literario, de la mano de autores
como Darwin y su Teoría de la evolución de las especies.
Uno de los personajes más relevantes del
movimiento modernista va a ser Marx. Éste político lo que hace es crear un método de avance histórico basado en
reglas cartesianas por las que se guía, que tiene un fin último y que por eso
es fiable. Ya
sabemos que los textos marxistas son los primeros que tratan sobre la
revolución del proletariado y el fin del capitalismo para que el pueblo pueda
ser dueño de uno mismo. Es tremendamente materialista, pero es el único método que puede
cambiar el panorama existente y encaminarse hacia la evolución sin tener miedo de ningún
tipo de limitaciones o de absolutos.
De forma paralela estaba Nietzsche, filósofo y
filólogo que destroza el panorama cultural, definitivamente y sin ningún tipo
de piedad. Lo que hace es decir que Dios ha muerto, y esto supone la caída de todos los pilares de
la cultura occidental y la pérdida de su sociedad. Ahora que no hay un absoluto
por el qué guiarse y al que aferrarse, lo único que puede hacer el ser humano es
buscar el camino del cambio y avanzar por su propia cuenta. Lo mismo va a pasar
con la literatura:
se acabaron las normas y las guías, nada es absoluto y no hay sistemas infalibles. Ya no hay por qué
recurrir a lo superior porque las reglas se han roto, y por fin somos libres.
De estas ideas nacerá lo que más tarde se denominará “positivismo científico”, con el que
evolucionarán genios como Saussure y sus teorías de significantes y
significados.
Un pensamiento parecido al de Nietzsche es el
que va a tener Freud,
pero más orientado hacia la trascendencia.
Él lo que dice es que nuestro yo, es decir, nosotros, nos vamos formando por una conducta determinada y
una serie de recuerdos
que se han sucedido durante nuestra infancia. No podemos estar seguros de nada
porque hemos descubierto que el mundo no es circular y que la vida tiene un
fin. No conocemos el motivo de nuestros actos, pero aun así actuamos, porque
ese es el motivo de nuestra existencia: la mutación y el
cambio. La idea de mundo
es otro pilar absoluto que va a derrumbarse. Se dan cuenta de que está en
constante movimiento e influencia por lo que no es algo que esté fijo. Con la
llegada de la libertad
ha muerto el alma y con la llegada del nuevo presente van a basar su vida, y
sus textos, en el “carpe
diem”. Ahora toca vivir el presente porque no tiene sentido pensar en un
pasado o en un futuro. Somos
el momento.
Lo que ocurría con la época moderna y
posmoderna es que están muy juntas y los
cambios son difícilmente apreciables. Sabemos que antes todo estaba orientado
hacia lo trascendental y que las acciones realizadas iban destinadas a fines
últimos a los que se trataba de llegar siguiendo reglas perfectas y
cartesianas. Pero esto ya se ha acabado. Cuando llega la modernidad se van a
dar cuenta de que ya no
hay certezas en el mundo, de que nada es seguro y que vivimos en una constante
duda. Ni siquiera van a saber si ellos mismos existen, van a destruir la idea del ser
y van a verse como fenómenos
que existen en el mundo, pero que realmente no son. Autores como Heidegger dirán que somos simplemente nuestra relación con el tiempo, y nada más. Pasan
a ver un mundo eterno, donde todo es desconfiable y donde además sufrimos
porque sabemos que estamos limitados por una muerte que no se sabe cuándo va a llegar. Sin
absolutos ni hay guías ni reglas, y esto supone un gran cambio en la sociedad y
en el panorama literario. Todo ha perdido el sentido, solo hay caos en el mundo. El idealismo acaba de caer
con la religión, que han perdido toda la credibilidad. Es el momento de sospechar de todo, de
hacerse preguntas y
de darnos cuenta de que en realidad no somos nada porque al ser fenómenos nada
de lo material que hay a nuestro alrededor sirve.
Wittgenstein va a decir que para acabar con todas estas
dudas tenemos que fiarnos del lenguaje, pero luego se da cuenta de que éste es más complicado
de lo que parece y que presenta demasiadas contradicciones como para ser creíble.
Entonces cambiará de opinión y se dará cuenta de que en realidad lo que habían
estado haciendo los filósofos era hablar de lo mismo todo el rato, pero no se
entendían. Por eso hay que crear un lenguaje único y perfecto para que todos podamos
entendernos entre si y avanzar hacia el cambio. Va a tener gran influencia de Sartre e
inspirará a Derridá y sus teorías deconstruccionistas.
Sobre sistemas también va a hablar Habermas. Dice, que al
haber estado rodeados siempre de sistemas sospechosos hemos vivido engañados. Pero ahora con la ventaja de que el ser
humano es independiente nos hemos dado cuenta, así que ha surgido el diálogo entre sistemas.
Hemos avanzado hasta encontrar nuestra posición en el mundo, y ahora toca moverse de
nuevo.
Cuando antes hemos dicho que las ideas de
Wittgenstein influirían en Derridá,
no hemos tenido en cuenta que con ideas similares y mucho antes se encontraba Proust. Lo que dice el
alemán es que el tiempo es
pura deconstrucción y que lo único que busca es empezar de cero.
Lo que hace entonces es crear
tiempo en la novela, para retirarse a ella y gozar del placer que le produce a
la vez que crea nuevos conceptos.
De aquí es de donde va a sacar Derridá la deconstrucción
(cualquier afirmación u
objeto lingüístico es deconstruible. Todo puede ser transformado por su contrario).
Podemos observar que Proust lo lleva todo más orientado hacia la idea del tiempo, y Derridá lo aplica a la obra.
La idea judeo-cristiana del tiempo va a ser muy
diferente a la que había en Grecia. La idea del mundo clásico era circular y se
movía en cadena. Cuando una acción mala se realizaba, esta desencadenaba una
hilera de nuevos males de los que no te salvabas nunca porque siempre estabas dando vueltas en
el mismo círculo. Sin embargo, ahora se dice que el ser humano es malo por
naturaleza y que debe pasar la vida purgándose hasta llegar al cielo, donde
tendrá lugar un juicio final que determinará su destino.
Nos vamos dando cuenta de que este movimiento
está plenamente determinado por la etapa histórica en la que se desarrolla. En
esta época los nacionalismos
estaban tremendamente vigentes y el historicismo comenzaba a hacer mella en los
pueblos, que habían pasado de entender el nacionalismo de forma incluyente,
como una forma de superación
de unos sobre otros. Ahora es cuando se empieza a calentar el panorama
histórico y se van abriendo y librando las primeras guerras, se vive por
primera vez una situación devastadora en todo el mundo, lo que hace que la sociedad sea pesimista y desconfiada.
Todo ello lleva a la caída
del idealismo y a la perdición. Para ellos el ser humano simplemente va a ser un ser en el tiempo que debe vivir
el momento que le ha tocado vivir. En cambio, autores como Sloterdijk, Boudrillard o Debord,
partiendo de las ideas de Heidegger, estarán de acuerdo en que hay que conseguir
empezar de cero. La
idea del “aquí y ahora”
va a ser su principal guía y creen que su misión será la de salvar la literatura. Si Hitler ha sido el mayor de los
idealistas, ¿qué nos espera?, ¿hay salvación para la literatura? Están muy
inseguros. Debemos estar en continuo estado de alerta mental para ver las debilidades del mundo
que nos rodea y poder atacarlas para así destruir todo el sistema y poder
reconstruirlo de nuevo. Por supuesto, habrá autores menos radicales, como Vattimo, que a partir de
las teorías deconstruccionistas de Derridá o de Proust, va a decir, que sí, que
el mundo necesita un cambio
pero que tampoco podemos
dudar de todo ni evitar los absolutos. Solo tenemos que aprender a vivir y a
transformarnos con nuestra nueva libertad.
Muchos de ellos van a ver la vida como una imagen, un simulacro. Quieren romper
con este teatro en el que han estado viviendo, desmantelar todas las mentiras
que los han rodeado para poder renacer. Alguno dirá que la bomba atómica es la
única capaz de hacer esto, que es la perfección en su máximo auge porque es la
única que con su efecto es capaz de crear el cambio inevitable.
Para la construcción
de la obra también surgirán nuevas ideas. Por ejemplo, Joyce buscará el aspecto
más lineal de la misma, donde su estructura será plenamente lineal y no habrá nada
que esté ni por encima ni por debajo de otros elementos. La obra es muy importante
porque va a ser la testigo del cambio. Secundando estas ideas aparece Kafka, un autor igual de
lineal pero mucho más angustiado. Con él nos llegan las sensaciones de incomprensión, pérdida de la posición en el
mundo y el antihéroe.
Los personajes van a vivir en un mundo ordenado donde se sienten perdidos y
donde tratan de encontrar su propio yo. En cambio, se dan cuenta de que el yo es más complejo de lo
que parece y que depende solamente de uno mismo.
Respecto a la sociedad del momento, vamos a ver que además de
ser pesimista y estar perdida va a atacar directamente contra los sistemas
democráticos que la componían. Para muchos, como Zizek, el problema ha sido el ataque tan brutal
que ha sufrido la cultura.
La sociedad democrática y el capitalismo han hecho que la sociedad no respete
la cultura, como dirá Umberto
Eco, hace que todos tengan derecho a opinar cuando sus opiniones muchas
veces son irrelevantes. Ahora el mundo está dividido en apocalípticos, que creen que la cultura
está definitivamente perdida y que solo queda sentarse a mirar como terminan de
destruirla los integrados,
que son aquellos que no respetan la cultura pero aun así tienen acceso a ella.
Estos últimos creen que el arte cultural es solo para burgueses elitistas que
se refugian en ella porque no consiguen encontrar la felicidad.
-
Kitsch: los
apocalípticos toman textos que han tenido éxito en la élite, y los dejan como
iconos, provocando modelos o modas
sociales, que la gente sigue sin apreciar su belleza.
Como otro hecho relevante está el auge científico del momento. Ahora que no hay nada
absoluto hay que buscar la verdad
de las cosas y esto solo puede hacerlo la ciencia porque nunca falla
cuando da respuestas. Las ciencias nos ayudan a comprender el mundo y a explicar todos los porqués
que hay en él. Estamos en el momento de desconfiar y de dudar (Lyotard), pero debemos
guiarnos de la ciencia para que nos ayude a evitar los absolutos engañosos que han estado
rigiendo nuestra vida.
IDEAS CLAVE
-
Búsqueda
de lo fiable.
· Veracidad de la ciencia.
· Fenómeno.
§ Método científico.
§ Trascendental.
-
Caída de
absolutos.
· Marx.
· Nietzsche.
-
Mundo.
· Mutación y cambio.
· Carpe Diem.
· Libertad.
§ Perdición.
§ Caos.
§ Duda.
-
Tiempo.
· Muerte.
· Límites temporales.
· Deconstrucción.
-
Sistemas.
· Conflicto.
· Diálogo.
· Empezar de cero.
-
Lenguaje
común.
· Fiable.
-
Nacionalismo
excluyente.
-
Construcción
de la obra.
· Lineal.
· Personajes perdidos que se buscan a si mismos
en el mundo desordenado.
-
Sociedad.
· Apocalípticos e integrados.
§ Kitsch.
5. El Formalismo ruso
En Rusia, y en
Europa en general, se estaba desarrollando un periodo de cambio tanto social
como cultural. Este movimiento va a fraguarse de Escuelas como la de Moscú o la
del OPOJAZ, que surge en oposición a la primera. Por su parte, el Círculo Lingüístico de Moscú
va a estar muy influenciado por Saussure y su teoría del significante y el
significado, que la tomará Jacobson para muchos de sus estudios. En cambio, la OPOJAZ, aunque también va
a estar influenciada por Saussure, va a estudiar la literatura desde un punto
de vista más lingüístico, hablando de las particularidades del verso ruso.
La poesía rusa va a ser tremendamente simbolista, de aquí que Lenin se aproveche
totalmente de la literatura y vaya abriendo paso a la revolución rusa a través
de la ella, ya que era partidario de que la lucha de clases se representase de
la misma forma en los libros, tan real y tan veraz, como lo hacían con la
naturaleza. Será Stalin
quien tome el relevo de estas ideas pero de forma mucho más radical, diciendo
que de lo único que debe hablar el texto es de la lucha del proletariado y del
fin de la burguesía y su capitalismo. El pueblo debe luchar y esa lucha debe
estar reflejada en la literatura, y es más, esta debe incitar al pueblo a
seguir la revolución comunista. Por este motivo, los formalistas, al preocuparse solo de la forma y
de la estética del texto, van a ser tremendamente criticados y tachados
de burgueses, por lo que tendrán que exiliarse. De ahí, que se vayan a Praga,
donde formarán el Círculo
de Praga, que integraba autores como Jacobson, Kristeva o Todorov, que
viéndose exiliados e influenciados por la fuerza de los ismos y las
vanguardias, van a dedicarse a estudiar el verso checo, al igual que lo habían estado haciendo con el ruso.
Lo que más va a
renovarse y donde más va a notarse el cambio, va a ser en la poesía y en la narrativa, ya que ambas van a ser el objeto de estudio de los
formalistas. Para ellos lo único que va a importar es la escritura. La relación
entre el poema y el autor se hace mucho más íntima, es decir, se busca saber qué es lo que ha provocado al
autor a estructurar la obra como lo ha hecho, y que quiere transmitir al lector
de esa manera. Además de poetas y escritores, también van a ser
lectores, se van a interesar por las obras y van a absorber su esencia, porque
también les interesa mejorar las suyas propias. Otro de sus principales
objetivos va a ser el conseguir estudiar la obra de manera científica. Quieren que la obra sea
pura acción, que las palabras sean estudiadas una a una porque todas tienen una
intención que debe ser destapada. La belleza
real del texto está en su forma, que es lo que se encuentra por encima del
concepto (esto es muy contrario a la Edad Media). Así, estos autores exiliados,
como Sklovski, que poco a poco irán abriendo las puertas del
estructuralismo, van a centrarse en la creación científica de la obra literaria.
LA
FORMA: La forma está por
encima del concepto, y sin lugar a dudas al contrario que lo que ocurría en
la Edad Media, va a ser el principal objeto de estudio junto con las intenciones
del autor. Antes lo que importaba era el concepto, pero ahora va a ser el
texto en sí y la forma que tiene. Sin embargo, este concepto es más complejo
que eso: vamos a tener dentro del mismo una forma interior y una forma
exterior. La forma exterior es la
que está formada por los elementos
sonoros, es decir, los fonemas que componen el texto, y en la interior, vamos a encontrar todos estos
sonidos realizados y ordenados en formas de conceptos que darán estructura al texto. Solo el concepto es algo banal, sencillo y demasiado breve. Sin embargo, la
forma es la belleza, es lo que le da
fuerza al texto, lo que crea el concepto y lo que le da vida, por eso para su
estudio debemos partir siempre de la misma. La forma, aunque sea más
importante, va a estar ligada al concepto, y mediante la creación de conceptos
diferentes van a formar la estructura final del texto.
-
ZAUM: la forma
interior recibe el nombre de “zaum”, y viene por el entendimiento de la forma exterior. Es
decir, cuando hemos entendido la parte superficial del texto ya podemos pasar a
estudiar la forma interior. Esta es transracional, está por encima de la
razón y viene dada por la combinación
de ambas formas.
·
Literalidad: es la búsqueda de definir qué es la
literatura y qué es lo literario, y dejar claras las diferencias entre ambos
conceptos, para poder reducirlo todo a un mismo objeto que pueda ser estudiado de manera científica.
No hay que olvidar que el estudio de la estética va a ser lo principal,
lo más importante. La obra debe mostrarnos los conocimientos como si
fuese la primera vez que entramos en contacto con ellos. Sin embargo, no
debemos pensar que por que sea un arte científico, como ellos lo entienden, no
pueda haber sitio para el disfrute
de la obra.
-
SHIZET: es el final
de la obra, lo que se denomina: la dominación y el devenir del concepto. Cuando un autor crea
una obra va a usando una dominante,
que es como una ley propia que le ayuda a formar la estructura del texto, y a
partir de ella, se van creando los conceptos. En el arte es necesaria la mutación, el constante
cambio. No hay nada claro hasta el final de la obra, que es cuando podemos entender todo. En el discurso siempre hay
cambios, es pura acción y está en constante movimiento. Podríamos decir que el
shinzet es como la herramienta
de producción de este texto, el código que necesitamos para entender la obra. A
veces, el lector dice que cuando no entiende una obra es porque es mala, pero
esto ocurre porque falta precisamente esta dominante que nos ayude a
comprenderla, porque sin ella nada tiene sentido.
Uno de los
conceptos más importantes que van a destacar a este movimiento va a ser la desautomatización (romper con los automatismos de
la obra y crearla en movimiento). Ya habíamos visto como en el
Romanticismo los autores querían renovar lo que había creado la Antigua Roma,
ese gran Imperio que funcionaba de forma circular y que había sido totalmente
destruido. Sin embargo, aquí ya nada es circular ni estamos dominados por los
absolutos, es decir, al contrario, lo que debemos hacer es romper con el pasado y sus
influencias. Hay que acabar
con lo familiar porque nos roba el futuro, y muchas veces también
nuestro pasado. El texto debe hacer que nos sintamos extraños, que surja la duda en el lector y se
pregunte qué quiere decir el texto, por qué lo dice y cómo lo dice. Tiene que
hacernos ver el mundo por
primera vez, darnos otra visión que rompa totalmente con lo anterior. El
autor es el que debe hacer esto, y
el lector debe ser lo
suficientemente intelectual (genio) como para entenderlo. Esto va a
suponer un gran cambio en
el lenguaje y las normas del texto, que van a seguir la línea de la originalidad
y la innovación.
-
SKAZ: de la idea de la desfamilirización, tanto en la obra como en la idea del mundo, va a
aparecer la creación
literaria a partir de las obras anteriores. La creatividad, como decía Sklovski, es algo que se va a ver premiado.
Pero para ser original hace falta algo más que el talento y el estudio. Para
llegar a conseguir ser un autor creativo hay que ser individuales, entenderse a sí mismo y su
posición histórica y en el mundo, y después plasmarlo en la obra. Esto, en
efecto, no puede hacerse libremente, para innovar también hay que seguir unas
normas, las normas libres
del juego creadas por el autor. Sabemos que toda época tiene sus
dominantes y sus tabúes perdidos, pero hay que romper con ello, mirar hacia
adelante y dejar de ser autómatas. Por este mismo motivo la crítica no debe preguntar: ¿qué es lo que me cuenta el texto?, sino
¿cómo me lo está contando?
Para crear la forma del texto van a ignorar el mundo,
sus conceptos y todas sus distracciones, para poder centrarse solamente en la estética y su estudio.
Van a ser criticados porque atacan contra lo universal, y por tanto contra toda
la ciencia que poco a poco estaba avanzando, casi como una enemiga de la
literatura. Para ellos no
hay nada universal porque todo se va desautomatizando, siempre hay
nuevas preguntas, y para contestarlas siempre hay que romper con lo familiar.
Aunque al final no buscan las respuestas a ello, sino solo la belleza estética. La literatura puede
estudiarse como ciencia,
y es uno de los objetivos que tienen presentes en todo momento y que pretenden
demostrar.
Por lo tanto, ya sabemos que la obra tiene una forma interior y exterior, que se guía por una
regla dominante, y que busca crear la estructura del texto a partir de
desautomatizaciones que rompan con todo lo anterior y que a su vez vaya creando
conceptos. La obra, además debe
transmitirnos emoción,
el ansia, y el placer de
crear. Eso es el arte vivo,
el que provoca sensaciones en cada página, no como el arte muerto, ese arte inerte incapaz de provocar sensación alguna.
El lector es un extraño ante el
texto, porque siempre es difícil enfrentarse a un discurso estético formado por
el devenir de desautomatizaciones.
La historia
de la literatura es uno de los mejores ejemplos de desautomatización. Hemos visto como en ella los movimientos se
pisan unos a otros combaten entre ellos. Es salir una idea nueva y al poco
tiempo siempre va a salir otra contraria. Por lo tanto, el mundo también se
guía por esta norma. El autor tiene
que romper con el pasado y crear un
nuevo camino, pero eso no significa que no deba admirar a los antiguos. Todo lo
contrario, cuando crea tiene el derecho de mirar atrás y admirar lo que
hicieron con nostalgia. La crítica
literaria debe resucitar la obra, esto quiere decir que debemos tomar las
obras antiguas y volver a disfrutar con el gusto y el placer que provocaron en su día,
haciendo que aparezca de nuevo la búsqueda de lo sublime: ¿qué
es lo que hace que un texto nos produzca placer?,
¿es la técnica del autor o el gusto del
lector? Con ello también aparece el impulso del juego, la adrenalina de crear y de querer llegar a este
punto infinito. El juego es totalmente libre y es el autor el que crea las
normas. Lo único que tiene sentido para él, es el juego de la creación. Para ellos el pasado no existe porque no
produce desautomatización. El autor que piensa y actúa de esta forma es
inquieto y está angustiado, le agobia la sociedad en la que vive y la poca
claridad que hay en ella. Es una sociedad desordenada, y eso no les gusta,
tiene que cambiarlo y demostrar que hay que romper con su atomatización.
Todas las ideas que
ha ido creando el formalismo van a ser las precursoras del siguiente
movimiento, perteneciente a los siglos XIX y XX e igual de influente y
estético, este movimiento será: la
Estilística.
IDEAS CLAVE
-
Círculo
de Moscú, OPOJAZ y Círculo de Praga.
-
Poesía y
narrativa.
-
Estructura
y forma del texto: ¿dónde reside la
belleza del texto?
-
Forma:
· ZAUM.
§ Forma interior.
§ Literalidad.
· SHINZET.
§ Final de la obra.
§ Dominante.
§ Desautomatización.
· SKAZ.
§ Desfamiliarización.
§ Creatividad.
-
Estudio
científico del texto.
-
Autor
(genio) y lector (gusto).
-
Crítica:
¿cómo me lo cuenta?
· Gusto.
· Placer.
· Sublimidad.
· Impulso del juego.
-
Arte
vivo y arte muerto.
-
Historia
de la literatura.
6. La Estilística:
Para estudiar el
estructuralismo y la estilística debemos partir de la gran influencia que tuvo
el movimiento formalista, tanto en Rusia como en toda Europa. Estos autores que
veían la obra como un objeto de estudio científico, fueron los que
introdujeron la preocupación por la forma y la estética del texto, mucho más
por encima del concepto que querían transmitir. Recordemos que la pregunta que
se hacían constantemente era: ¿qué es lo que el autor me quiere decir, ¿cómo me lo quiere decir?
Una idea plenamente estructuralista, que comenzaba a abrirse paso tanto en
estos países, como en Praga o en Francia. Por otro lado se encontraban autores
como Genette o Bartes, que aun siendo
pertenecientes a la corriente francesa estructuralista, van a preocuparse más
por la estructura novelística que poética. Este movimiento se conocerá como la Nouvelle Critique, pero
eso es algo que ocurre más adelante y que no puede entenderse sin los conceptos
estructuralistas.
Para estudiar la estructura de un texto primero
tendremos que analizar los elementos que lo componen, y con elementos no nos
referimos a los conceptos, sino a otro tipo de formas: como el lenguaje. Las palabras,
que son el alma del texto (Bally)
son las que crean su estructura, y esta debe ser bella. No puede haber un texto que no sea comprensible y que no
tenga unas relaciones bien
estructuradas en su forma, o que no guarde relación entre sus ideas; un texto debe estar bien cohesionado y tener coherencia, sino no hay belleza en él
y eso es impermisible. Algunos van a analizar los textos desde el punto de
vista afectivo. Para ellos el texto siempre muestra alguna parte de la
autor, y eso es lo que genera su expresión, que es lo que van a querer
descubrir. Sin embargo, esto nos plantea un problema al intentar establecer una
verdad absoluta en un
texto. No podemos analizar todos los textos de esta manera, como dice Dámaso Alonso, porque aunque hagamos
uso de la rama afectiva para interpretar el texto, solo podemos crear conceptos
aproximados de lo que sentía el autor, dado que no podemos ir a preguntarle
qué es lo que quería expresar y cómo se sentía cuando escribió ese texto. En
contraposición está Bally,
que va a seguir obcecado en buscar la belleza y en comprender la obra a partir
de la psicología del autor.
Desentrañar la estructura de la obra es un proceso complicado, y como decíamos
antes hay que tener en cuenta diversos factores. Saussure había hecho mella con su teoría del signo lingüístico,
con el significante y el significado. Lo primero que hay que hacer es buscar
las palabras clave del
texto, establecer sus significantes y la forma de su significado (sin
dejar de lado la sintaxis),
y después, situarlo todo en un contexto rodeado de todas las figuras retóricas que tienen influencia sobre el
texto. Así, podremos hacer desaparecer la ambigüedad que tanto complica el
análisis. Como ambigüedad, entendemos la diferencia
que hay entre lo literal y lo literario del texto (formalistas); es decir, hay
que buscar los elementos
que tienen una intención
no real, literaria, que no son de la experiencia del autor, y lo que sí es literal, lo que parte de
la experiencia del mismo. Cuando ya
hayamos cumplido esta parte del proceso podemos tomar las estructuras de las obras de otros autores y
usarlas como ejemplo del discurso
literario. Cada uno de estos discursos es único, y tiene estructuras
peculiares que hacen que las obras se diferencien unas de otras, y que por lo
tanto, no puedan estudiarse de la misma manera.
Las obras provocan goce estético, y eso es algo que ha
querido hacer el autor.
Bien, pues se van a preguntar por qué, qué es lo que éste está pensando en el
momento de escribir el texto para llevarle a la búsqueda de una sensación para
provocársela al lector. Todo parte del gusto que nos provoque una obra, y para ello, un
texto debe ser sublime. Para ellos la sublimidad es un texto bien estructurado. En
cambio, no todas las obras
pueden leerse igual, cada poeta y cada obra tienen su psicología, sus
cosas, y no podemos meterlos todos en un mismo grupo porque estaríamos tachando
muchas de las cualidades.
El análisis debe
ser individual para cada obra, y antes de elaborarlo o hacer una crítica, hay
que estudiarla exhaustivamente.
Estudiando este
movimiento desde un punto de vista menos global, empezaremos con el idealismo alemán, desarrollado
principalmente por F.
Schleiermacher. Este romántico e idealista va a buscar la interpretación
de los textos a partir de la intención
del autor, haciendo un estudio exhaustivo que parta de los métodos de la
hermenéutica tradicional
y sus reglas. Tenemos que acercarnos lo más posible al pensamiento y a la
intención del autor para entender el texto. Esto será lo que más tarde dé pie a
la estilística alemana. Esta va a
decir, al igual que el movimiento estilístico en general, que cada género al igual que cada obra, necesitan un modelo
de análisis distinto.
La idea de literalidad también va a influir en este
pensamiento, pero en vez del estudio de la forma de manera científica como
hacían los formalistas, lo que va a hacer es analizar siguiendo el mismo método,
los elementos y el lenguaje que hay en el texto,
para poder diferenciar entre su sentido literal y su sentido literario. La representación de estos elementos y su posición en el texto va a ser
algo determinante en su comportamiento y comprensión.
De la estilística alemana pasamos a la española, que también va a estar muy
influenciada por el movimiento que se estaba desarrollando en Francia. Al igual que la mayor parte de
los teóricos de esta época se van a preguntar cuál es la intención del autor y
en qué es lo que le ha llevado a la voluntad de crear.
Antes ya he nombrado a Dámaso
Alonso, pero indagando más en sus ideas, podemos comprender un poco más
en qué consistía este movimiento. Bien, lo que va a decir el escritor español
va a ser que el texto
tiene una parte sencilla y otra que es más compleja: la parte sencilla es aquella que se
corresponde con el entendimiento del significante y el significado del texto, y
la parte complicada
es aquella en la que tenemos que encontrar el origen de este texto. Aquí es donde entra la intuición y cuando
tenemos que intentar colarnos en el pensamiento del autor a partir del método afectivo.
La estilística americana va a complicarse
mucho menos que los tres movimientos anteriores, y aunque le interesa la
psicología del autor, estudiará de una forma más sencilla y práctica. Para
comprenderlo, cabe conocer las ideas de sus autores más célebres: Richards,
Winters y Ts. Elliot.
-
Richards: este autor va a establecer un método claro y
conciso sobre cómo debe realizarse la crítica literaria. Para ello lo único que tenemos
que hacer es un estudio
semántico del texto. Está claro que son las palabras las que forman el
contexto a partir de su significado, por eso no podemos entender la obra a partir de la significación
individual de los términos, sino según la posición que estos tienen en
el texto.
-
Winters: va a romper con el historicismo y va a
abogar por el estudio del texto a partir de su crítica genética. El texto es consecuencia de la
evolución, del paso del tiempo. Yo leo una obra hoy, pero mañana no la leeré de
la misma manera. Todo está desarrollado a partir del movimiento del sistema,
por eso no podemos entender el texto solo por la situación que tiene
actualmente, sino por la evolución que ha tenido a lo largo de la historia. Su
idea consiste, básicamente, en hacer un análisis del texto a partir de los conocimientos sincrónicos y
diacrónicos que tenemos sobre él.
-
Ts.
Elliot va a proponer el
método más flexible de todos. Para él la clave del éxito de la obra está en el autor. Es decir, cuanto
más literario sea el contenido de la obra y menos influencia externa o
bibliográfica del autor tenga en ella, más probabilidades hay de que sea más
pura y original.
La estilística
francesa va a desarrollarse en dos escuelas importantísimas, y estas son:
la Escuela de Tartu
y la Escuela de Burdeos,
junto con personajes como Lotman y Borideu.
-
Lotman: para Lotman el texto debe estudiarse desde
dos puntos de vista claves: sus niveles y la semiosfera. Cuando hablamos de niveles del texto nos referimos a su estructura morfológica,
fónica y sintáctica, que son las que influyen en las palabras, las que crean el
concepto que después se integra en una forma que determina al propio texto, y
viceversa. Todo el
contenido del texto influirá en la forma, de la misma manera en que ésta
ejercerá poder sobre el texto. Por otro lado, está la semiosfera, que podría decirse que es como el ecosistema en
el que se desarrolla el texto. Los autores tienen una posición en la historia y escriben en
momentos dados de su vida influenciados por los hechos que se suceden en esta sociedad. Por eso, un
texto no es simplemente el significado de sus palabras, sino también la época en la que se
escribe. Debemos entender la influencia del cine, el teatro o la pintura, entre
otras, de esa época, para poder entender el verdadero contenido del texto. De
esta idea combinada con el marxismo y sus textos,
surgirá la sociocrítica, o
elaboración de los textos en relación con la sociedad en la que se produce.
Recordemos que de una forma parecida entendieron Lenin y Stalin la
interpretación de los textos literarios.
Lotman (semiosfera): semiología rusa. Estudia la estructura del texto
artístico. Todo en la vida no es más que un sistema de signos. Cada persona se
lee a sí mismo como un sistema de signos y lee a otra persona como otro sistema
en signos. Nosotros somos un sistema de signos parecidos que observamos el
mundo a partir de semiosferas, es decir, otros sistemas de signos. Cada uno
tiene sus signos diferentes. Mirarnos a nosotros mismos respecto a lo que es el
mundo. El problema es qué semiosfera se está contemplando y en qué momento: de
cualquier semiosfera solo vemos el nombre, la frontera, todos los signos y
hechos que ocurren dentro de la semiosfera. Las semiosferas chocan entre sí y
esto da lugar a nuevas interpretaciones, es decir, el choque de fronteras hace
que cambie el interior de la semiosfera, para que más adelante la semiosfera
vuelva a cambiar. Todo es susceptible y analizable desde conceptos de
semiosferas. Es muy diferente de la deconstrucción, este va a decir que un
texto literario es una semiosfera.
-
Bordieu plantea una idea mucho menos compleja, y es
simplemente, la de tratar de comprender
el texto en relación con la literatura. Hay que buscar el contenido del objeto, y
hacer un estudio sin pasar por alto la influencia artística o social.
De Francia viajamos a Rusia, y allí nos encontramos con Van Deijk, uno de los lingüistas más influyentes de la historia, ya
que fue el primero en desarrollar la idea de cómo debía estructurarse el texto, más allá, de
los métodos que tenían sus antecesores o las corrientes que se desarrollaban en
ese mismo momento. En definitiva, un texto va a estar formado por varias
partes:
-
Macroestructura: son el conjunto de oraciones simples
que forman el texto.
-
Microestructura: es la encargada de formar los sentidos
parciales del texto.
-
Estructura: suma la microestructura y la macroestructura y tendrás el contenido
final del texto.
-
Supraestructura: son los rasgos que determinan las clases
del texto en función de su categoría genética, es decir, a partir de lo
inconsciente.
El Grupo
de Lieja, también ruso, va a compartir las ideas de este lingüista, y
también abogan por la organización
de las figuras literarias (tropos)
en niveles, para después analizarlos con ayuda de la retórica, siempre vigente
en el discurso.
La desautomatización
va a seguir pisando fuerte en el desarrollo de la estilística, pero ahora su
punto de vista ha sufrido un cambio. Antes consistía en romper con la
automaticidad del texto, pero ahora además, quiere provocar giros inesperados en la
obra que tengan al lector
en constante tensión para así asegurarse su atención. Esto también se conoce como la política del desvío, distracciones provocadas por el autor. Tanto la estructura como estos
desvíos forman parte de la experiencia
del autor. Algunas veces crea los desvíos de forma intencionada, pero cuando no
es así, el autor nos abre las puertas de su mente, de sus miedos y obsesiones, que también
influyen en la obra. Cuando estudiamos desde esta perspectiva, buscamos
entender la personalidad del autor, lo que sería su personalidad
poética. Es importante aplicar el formalismo al comportamiento del autor para entender
la obra.
Respecto a la idea del género literario no va a haber nada claro. Autores como Kaiser dicen que no hay
método de estudiar la estilística. Simplemente sabemos que hay tres bloques genéricos, que
son el épico, el lírico y narrativo, que tenemos una situación histórica que influye en el texto
y que para entenderlo debemos realizar un análisis formal. Sin embargo, hay un grupo de anónimos y aislados, que
no tienen género y que tampoco pueden enseñarse. Por lo tanto, el género solo puede agrupar
textos similares. Kaiser dirá que aprehender el estilo de una obra significa aprehender las
fuerzas que dan forma a su mundo, y así llegar a conocer la estructura informe
e individual.
IDEAS
CLAVE
-
¿Qué es lo que el autor me quiere decir?,
¿cómo me lo quiere decir?
-
Estudio
de la estructura del texto como objeto científico.
· Análisis a partir de los elementos de la
obra: las palabras, la coherencia y la cohesión.
· Análisis afectivo.
· Belleza.
· Ambigüedad.
-
Goce
estético y sublimidad.
-
Estilística
alemana:
· Idealismo.
· Literalidad.
· Elementos del texto.
-
Estilística
española:
· Voluntad de crear.
· Partes del texto.
· Intuición y método afectivo.
-
Estilística
americana:
· Richards.
· Winters.
· TS. Elliot.
-
Estilísitica
francesa:
· Lotman.
§ Niveles del texto.
§ Semiosfera.
· Sociocrítica.
· Bordieu.
§ Comprender el texto en relación con la
literatura.
-
Estilística
rusa:
· Van Deijk.
§ Estructura del texto.
· Grupo de Lieja.
§ Tropos.
· Desautomatización.
§ Política del desvío.
§ Personalidad poética.
-
Género
literario.
7. La Ficción:
Las
teorías de la ficción son algo más complejas de lo que parecen, ya que
funcionan continuamente de una forma tan paralela, que a veces nos cuesta diferenciar qué es lo real y qué
es lo ficcional. Esto puede costarnos a nosotros, y mucho más, cuando
las ideas se reflejan en el texto.
Los textos
ficcionales no tienen por qué buscar estrictamente la realidad, y de hecho no
va a ser lo que van a buscar, sino que van a querer entenderla. La realidad
está fuera de nosotros, no tiene sentido. Somos nosotros los que construimos la
realidad y los mundos ficcionales.
Van a partir de la idea de que no hay planteamientos filosóficos para las
cuestiones, lo único que hay es una entelequia,
formada de la unión
intelectual entre varios niveles de ficción, a la que podemos dirigirnos como
realidad. Pero mucho cuidado, no hay que entender la ficción como
realidad porque si lo hacemos, además de estar equivocados, estamos perdidos.
El objetivo va a ser, estudiar la realidad a partir de la ficción, ¿pero
cómo?, muy sencillo: vamos a tomar
la ficción y la vamos a entender como realidad. Es como querer entender
algo sin decir lo que se quiere entender, como jugar con sinónimos y
paralelismos. Lo que no debemos olvidar nunca es que lo ficcional, por próximo a la realidad que
sea, no existe.
Para evitar perdernos y confundirnos con
estas teorías tenemos a Dolezel
y a Leinitz, y su Teoría de los mundos posibles. Los
mundos posibles son aquellos mundos
que podrían haberse dado, que no se equivocan, que son. Son necesarios, porque son
alternativos a la realidad y los necesitamos para comprenderla. Estos mundos se
guían por una serie de reglas
que debemos cumplir, son como las reglas del objeto que tenían los modernos,
son necesarias para hacer funcionar la coexistencia entre los dos mundos. Partimos de la
idea clara de que tenemos un mundo
natural, nuestra base, de la que parte el mundo ficcional, el mundo alternativo al que
huimos. Hay que tener cuidado con la ficción porque te atrapa, es como un imán
que además te hipnotiza y te envuelve, haciendo que confundas entre la realidad
y la ficción. Consigue perderte. Tenemos que tener muy clara la diferencia de
los dos mundos y nuestra posición
en cada uno de ellos, ya que no debemos olvidar que el beneficio de huir al
mundo de ficción, viene dado por nuestra existencia en la realidad natural.
Pero, la pregunta va a ser: ¿cómo
podemos crear textos partiendo de estas ideas?, y es más, ¿qué fin tiene el autor? La clave está entre la
estrecha relación entre los mundos posibles y la forma que tienen de
interactuar con la realidad. Para no perdernos, y ahora centrándonos en la idea
del texto, además de las reglas vamos a necesitar una serie de referentes
textuales que nos vayan recordando de vez en cuando nuestra situación con respecto
al texto. Estas referencias son las
que funcionan como pasaporte
de ida y venida entre los mundos, y las podemos encontrar en la forma
externa y en la interna. En el ámbito externo
están todas las ideas referentes a nuestra realidad natural, a lo que de verdad existe, y las
ideas internas nos aclaran lo que va diciendo el texto.
La diferencia es que las ideas externas funcionan de forma diacrónica,
es decir, que tienen un avance continuo en el texto, mientras que las internas
funcionan de manera sincrónica, en puntos concretos del texto. Esto es
lo que se conoce como el marco de
referencia del texto.
Partiendo del marco de referencia interno se
han intentado establecer juicios de valor sobre el análisis del texto, pero esto es un error, porque solo hay dos
formas posibles de analizarlo: primero hay que entender las reglas que emplea el
texto y guiarnos por ellas, y después, cuando tenemos el control tenemos que
hacer chocar las ideas
de los dos mundos. Me interesa el comportamiento de las cosas ficcionales porque no ocurren en el
mundo real. A veces parece que la
realidad no funciona como yo quiero, parece que no quiere cambiar, pero esto no
es así ya que poseemos una entelequia
que provoca cambios en nuestro punto de vista pero no en la realidad. Además de todo esto,
podemos hacer uso de procesos de
semantización, que permiten al lector aferrarse a elementos que le
ayuden a entrar en el campo de referencia interno de un texto. Para ello
será necesaria la competencia lectora,
esto es, el conocimiento
del marco referencial externo que yo tengo y que por lo tanto, me transportará
al marco de referencia interno.
Al margen de la literatura ficcional están la
literatura fantástica, la literatura maravillosa y la ciencia ficción, con sus
diferencias y similitudes entre ellas.
-
Literatura fantástica: lo que hace es mostrar mundos posibles pero rompiendo totalmente con
la realidad. Esta
ruptura no nos deja tranquilos y provoca un trauma en el autor, que va a ver estas
explosiones literarias como situaciones imposibles que rompen todos los
esquemas y el lenguaje que compone su entorno.
-
Ciencia ficción: La ciencia ficción hace algo parecido, pero
siempre hay una explicación
en ella. Consiste en desarrollar la literatura de la misma manera que lo hace
la fantástica, provocando un trauma en el lector, pero sin atentar contra las leyes de la naturaleza.
Tengamos en cuenta que cuando estamos
hablando de trauma, hablamos con la
ruptura de las leyes que rigen el universo, poniendo por encima lo sobrenatural e imposible.
-
Literatura maravillosa: va a romper con la naturaleza y se va a guiar por la
sobrenaturalidad, pero no
va a provocar traumas en
el lector, como hacen la ciencia ficción y la fantasía. Lo único que
busca es la provocación
en el lector. El texto debe provocar sensaciones, miedo y emoción en el autor,
debe hacerle sentir la obra, hay que conseguir esa catarsis que te lleva directo a lo sublime, al
infinito y al placer de leer y crear.
IDEAS CLAVE
-
Diferenciar
entre realidad y ficción.
-
Entelequia.
-
Teoría
de los mundos posibles.
-
Texto:
·
Creación.
§
¿Cuál es el fin del autor?
·
Marco de
referencia.
§
Externo.
§
Interno.
-
Análisis
del texto:
·
Reglas.
·
Ideas.
·
Proceso
de semantización.
·
Competencia
lectora.
-
Literatura
fantástica:
·
Trauma.
§
Sobrenatural
por encima de lo convencional.
-
Ciencia
ficción:
·
Trauma
con explicación.
-
Literatura
maravillosa:
·
Provocación.
·
Catarsis.
8. La Nueva Crítica y el Estructuralismo
La Nueva Crítica es un movimiento que surge en Estados Unidos a
principios del siglo XX, pero no forma un conjunto común, no hay un conjunto de
reglas. Al mismo tiempo en Estados Unidos, en
muchas partes, aparecen artículos y tendencias comunes, que comienzan a
juntarse y a seguir una misma línea. Es importante saber que estos no conocían el formalismo ruso.
El origen del estructuralismo es
checo y ruso, aunque después se extiende.
No importa la intención del autor, no hay que buscar lo que el autor quiere decir porque a veces el
autor no quiere decir nada. Esto teniendo en cuenta que muchos de ellos son
poetas, como TS. Elliot,
que defienden la autoridad del texto por encima de cualquier otra cosa.
-
Falacia
a la intención: no hay que
buscar la intención del autor.
-
Falacia
a la interpretación: los
textos no pueden interpretarse en función de la persona, y tampoco hay lectores
concretos para cada autor. Es el autor quien busca la sensación de los
lectores, y entre las opiniones comunes de todos ellos, surge la interpretación
final. Sin embargo, no podemos entender esta interpretación como universal, ya
que al ser subjetiva y partir de la percepción, no es válida para la crítica o
el análisis del texto. Todo depende de lo
que el autor quiera hacerte sentir. Hay que buscar una ciencia en la literatura,
puesto que hay unos objetivos reales que parten de un método, podría decirse, a
lo que fue el cartesiano. Deben buscar
los mecanismos que
ha utilizado el autor para crear el texto, para así poder hacer una
interpretación.
-
Falacia
impresionista: la falacia de
que el crítico debe explicar lo que dice la obra sin ningún método, es
evitar que el crítico hable de una obra sin haberla estudiado y sin haber
conocido su técnica, sus influencias, etc. Hay que trabajar sobre el texto.
Todo el mundo tiene derecho a dar su opinión y a preguntar, lo que
ocurre es que no todas las
opiniones valen lo mismo. La Nueva Crítica es la mayor atacante a esta
idea.
-
No importa la intención del autor: falacia a
la intención, interpretación e impresionista.
-
No todas las opiniones valen lo mismo.
La influencia de la Nueva
Crítica en Europa y Estados Unidos, hace que todos sus
métodos se hagan propuestas. Al mismo tiempo surge un campo que estudia
las teorías de Saussure (semiótica,
signos, lenguaje). También en antropología comienza a estudiarse el desarrollo del hombre, con Levi Strauss entre otros, a partir del desarrollo
científico. Se empiezan a estudiar científicamente la sociología y la
psicología. Todo se
estudia como si fuesen un conjunto de sistemas relacionados entre sí, es decir,
una misma obra puedo estudiarla desde todos estos puntos de vista. Por lo tanto el texto se convierte en una compleja estructura en la que hay muchos factores que influyen al mismo tiempo.
La estructura del texto casi no se
puede dibujar porque es demasiado complicada y tiene muchas interpretaciones,
pero no es infinita, puesto que como dicen ellos: los textos solo dicen unas cosas determinadas y van en dirección a unos
lugares determinados.
-
Estudios científicos aplicados a los textos.
-
Estructura del texto finita en dirección y
contenido, compleja, y formada por muchos factores.
-
Estudiar el texto desde el punto de vista de
los factores que lo forman.
Todos estos críticos, que son gente culta e informada, hacen mezclar todos los textos para
que con todas sus posibilidades encuentren la estructura final que lo compone.
De esta forma fundaran un movimiento que se conocerá como estructuralismo.
El movimiento definitivo y el más grande de la teoría de la literatura, el más
criticado y el más influyente. De hecho sigue en uso.
El estructuralismo consiste en poseer la facultad de encontrar todas las facetas que componen un
texto y así poder definir su estructura, por mucho que sea un proceso
complicadísimo. El estructuralismo permite decir que ciertas interpretaciones
están equivocadas, puesto que el texto no las dice. El estructuralismo
habla de la interpretación de la obra,
no de la percepción que esta provoca en el lector. Ahora, ¿las obras se leen de manera prescriptiva o descriptiva? La
respuesta es, que es totalmente descriptiva. No hay una manera de leer una obra, solo dice que tú
interpretas el texto, pero que eso no es lo que el texto dice realmente, es una
percepción. No se puede
mentir sobre el texto o dar opiniones subjetivas, que además podrían ser
equivocadas. Propone leer los
textos a partir de lo que dicen y de todo lo que puede influir en lo que dicen.
Los textos se leen de manera
descriptiva, esto quiere decir que cuando el lector lee un texto lo que saca de
él, digamos como conclusión, es solamente una percepción subjetiva. Esto quiere
decir que no podemos interpretar los textos en función de las percepciones del
lector, sino a partir de todo lo que dicen y de los factores que les afectan.
Por lo tanto, la interpretación del texto será objetiva, mientras que la
lectura de la obra será una percepción subjetiva. No desprecian el sentido
de su época, sino aquellos sentidos que no concuerdan con el texto. Esto es el rigor científico. Las teorías no
se hunden, se complementan: no es que la manera antigua de hacer las cosas sea equivocada, es que ha
surgido una nueva que permite otra mirada y que contiene más información. No es
la intención del autor lo que manda.
El movimiento se va a extender de los años 30 a los 80, y hoy
en día también podemos notar su influencia en la enseñanza.
Uno de los estructuralistas más importantes es Umberto Eco, que explica las bases de la literatura y que tiene unas
bases para su interpretación. Solo
se dedicará a la semiótica, o estructuralismo burdo. Su obra más importante es “Tratado de la semiótica general”.
Otro gran autor famoso es Roland Barthes, francés, que también acabó en la semiótica y la deconstrucción. Y por supuesto, Genette, otro francés. El grado cero de escritura es
el grado de escritura más pura, y a
partir de ahí salen nuevos niveles, desarrollados por la retórica, y demás
influencias. La obra debe tener una
escritura pura, que haga que su estructura sea bella. Esto quiere decir que
debemos entender la escritura de la obra desde su grado cero, desde el inicio,
y una vez entendido esto, podemos hacer uso de la retórica, las influencias que
recaen en el texto, y otras herramientas, para terminar de interpretarlo. Estudiará
el cine, la fotografía, todos los ámbitos, y todos aplicados después a la teoría de la literatura.
El estructuralismo es la función de
disciplinas que en principio no tienen nada que ver, de mentes totalmente
especializadas. Es la forma de
ver el mundo en la que todo está relacionado con todo.
Hacia los años 70-80 va a
surgir la idea de que el estructuralismo no vale, por diferentes motivos y
teorías que quieren hundirlo. Uno de los
teóricos que atacó por completo el estructuralismo fue John Austin, un lingüista que se pregunta sobre
el lado práctico del lenguaje. Los
estructuralistas nos habían hablado de la lengua y el lenguaje, lo que les
había llevado a la competencia lectora
(cuanto más competencia
literaria tenga, mejor podré sacar interpretaciones válidas de la obra, y mejor
podré disfrutarla). Él dice que estudiamos demasiado la lengua y poco el
habla, que es lo que realmente
influye en la vida. Se da cuenta de que hay formas de hablar que se escapan de
la estructura del lenguaje. Hay
palabras que no solo informan sobre la realidad, sino que construyen una
realidad diferente. Las palabras crean legitimidades y autoridades que
siempre andan creando. Esto lo cuenta en su libro: Cómo hacer cosas con palabras. El
acto del habla puede cambiar la realidad. Estos actos del habla tienen tres
fases:
-
Locutivo: el hecho del acto. Puede analizarse como el acto. Implica lo que el acto
hace.
-
Ilocutivo: creación, ¿qué se crea? es la consecuencia del acto (sus
conclusiones, sus ideas). Crea consecuencias en el acto del habla.
-
Perlocutivo: fenómeno del hecho
sonoro.
Todo es un acto del habla, todo cambia el mundo, todo tiene una
consecuencia locutiva y perlocutiva. La literatura es un acto de habla fingido. Hay muchos autores que
además consideran que es el más complejo,
por eso lo que más me interesa es lo que el acto crea y como es percibido después de haber sido creado. El estructuralismo se equivoca cuando dice
que hay un sentido irrefutable
en los textos, y que eso no varía con las épocas. Lo que se construye y lo que se provoca
ahora en la sociedad, es diferente a lo que provocaba. No solo hay unas
líneas que dictan lo que el texto dice, también están las líneas del momento en
que se lee. El estructuralismo solo se
basa en el acto perlocutivo para sus análisis.
Posiciones contra el
estructuralismo
-
Lado
práctico del lenguaje.
o
Acto del
habla: locutivo, ilocutivo y perlocutivo.
-
Van
contra la competencia lectora y el rigor científico.
-
Lo que
el texto dice y la época en que se lee.
Francia, 1969
En los años 40 y 50 se
desarrolla gracias a la Escuela de
Frankfurt un nuevo conjunto de ideas, que van a partir de lo que fue el
marxismo. En el marxismo la
literatura tiene que centrarse en la lucha de clases. La Escuela de Frankfurt
empieza a hacer análisis literarios viendo en qué textos se lucha contra el sistema político, y en cuales se
esconde este problema. Ellos creen que cuando un crítico literario se centra en la estética, es porque está escondiendo esta situación. La literatura
sirve para activar a todas las personas, por eso, todos los textos que son
estéticos se consideran burgueses y que están a favor del empresario de la
época (tener en cuenta el contexto de la lucha de clases). Es la lucha entre la actitud estética y la
actitud política.
Otra de las cosas que denuncia
es que con la llegada de la democracia a
la cultura, la literatura se ha empobrecido, y ya no se sabe distinguir qué
es el arte. Theodor Adorno
va a decir que el arte debe
ser la negatividad hacia algo, debe ser el enfrentamiento con algo (hay
una red de desautomatización),
tiene que ser un golpe intelectual que te obligue a luchar, tiene que ser
político, y si no lo es, no puede eliminarlo. El arte que no intenta pelear
contra lo establecido, las injusticias y los problemas del ser humano, no es
verdadero arte, puede ser dos cosas: puede ser distracción del pueblo o puede ser propaganda. La literatura debe suponer un esfuerzo intelectual y realiza
también una construcción intelectual. El gran arte debe ser difícil, tiene que costar
a la persona, no la puede dejar indiferente. El arte no está para causar placer, el arte está para provocar.
Todos los análisis marxistas van a buscar en los textos cómo defienden unas
clases u otras. En estos países donde la cultura está valorada, y los burgueses
se aprovechan de ella para hablar de ellos mismos.
En este momento también está Sartre, que propone el
término de la literatura comprometida:
la literatura debe ser comprometida porque el escritor tiene un compromiso. A él le llegan a hablar, se le lee, se le presta atención, se le critica, el
escritor puede hablar y esta es su obligación, en sus manos está crear el
debate. Aquel que decida callarse ante lo que ocurre es un cobarde, porque él
puede hablar, y si se calla está dejando que gane el poderoso. Piensa que hemos
caído en una fiebre en la que la cultura
se ha hecho para los poderosos, los más altos eventos culturales son caros,
pero es que además se ha puesto de moda ser culto. Los formalistas y los estructuralistas han estado sometidos a la burguesía, porque han evitado
la provocación de los textos, y solo han mirado la forma, la estética, lo
bello, ha hecho que no se dé importancia a la verdadera lucha, al verdadero contenido provocativo del texto.
-
Influencia marxista.
-
Lucha entre la política y la estética.
-
Democracia de la cultura.
o
Cultura de los poderosos.
-
Provocación del arte.
o
Literatura y autor comprometido.
Jauss e Iser: estos profesores
de universidad se hacen famosos y sobre todo el primero trata una conferencia
sobre La literatura de la provocación,
es un ataque brutal contra el estructuralismo y las escuelas ideológicas de la
literatura.
Para Jauss la literatura
no es solo lucha política, también
es belleza. Los que se dejan
arrastrar por la obra de arte sin pensar son unos frívolos, y en esto se basa
la industria textual, de forma que pueden ganar dinero. La experiencia estética depende del receptor, por lo que el estudio que nos ofrece es el estudio de
recepción.
Teoría de la recepción: Yo puedo
estudiar qué ocurre cuando leo un texto y puedo hacer la lucha
política de forma independiente. En primer lugar, la literatura no está al servicio del luchador y el guerrillero, está para todos. Adorno va a decir que la experiencia estética, es decir, la sensación
por la que acudimos al arte, queda provocada
por el choque ideológico (Jauss,
dice todo lo contrario).
Experiencia
estética: La experiencia estética es la sensación por la que acudimos al arte.
Adorno va a decir que acudimos por el choque entre ideologías, mientras que Jauss,
va a decir que parte del receptor.
-
Horizonte de las expectativas: Un texto nos gusta o no en función de
si cumple las expectativas. Es decir, toda la sociedad se acerca a un texto que
está dentro de su horizonte de expectativas, y este horizonte está formado por:
la política (relaciones de poder, de
pareja, comunitarias), la idea de polis,
el encuentro y negociación de las necesidades
de cada uno, la moral, la ética y la religión. Este horizonte va cambiando con las épocas, porque el
horizonte solo satisface las necesidades
de la época en la que se encuentra, no en las demás. Cada sociedad busca en la obras sus obsesiones, o al menos la búsqueda de preguntas, no de respuestas.
La distancia estética: es la diferencia entre los
horizontes de expectativas de distintas épocas. El tiempo no da la razón a las grandes obras, porque estas
obras dependen de la época. Un
texto nos gusta o no en función de si cumple o no unas expectativas. Estas
expectativas son las necesidades u obsesiones que existen en una época
concreta. Van cambiando a lo largo del tiempo, por eso no podemos decir que el
tiempo da la razón a las grandes obras. Tenemos que estudiar la obra teniendo
siempre en cuenta la distancia estética que existe entre los horizontes de
expectativas en los que se crearon.
Lo que debemos hacer es una historia de la recepción literaria.
Hasta ahora los formalistas habían estado estudiando la estructura y
desautomatizando para crear otras nuevas. Y lo que hacen los nuevos críticos es
lo mismo, pero además hacen un estudio de las sensaciones.
-
Desautomatización.
-
Estudio de las sensaciones.
Nudos
-
Nudo
geográfico: Localizaciones que producen avances en
la literatura.
-
Nudos
temporales:
(89/90-05), tiene que ver con la mejora en la forma de escribir, la
mayor difusión de textos, y por lo tanto, la discusión y también difusión de
nuevas ideas.
-
Nudos
institucionales: el
tipo de editorial que aparece en un
momento dado, o que visión tiene la cultura dominante.
Lo que influye en el éxito de un libro es multitud de
factores de todo tipo, en los cuales lo formal no es algo que no cuente. Bien, ¿qué ocurre con las obras maestras? En principio se han
estudiado esas obras y se ha demostrado que en el ámbito formal eran buenas. Jauss está en contra porque
para él hay grandes obras que
no han sobrevivido, y otras muy malas formalmente que han tenido más éxito que
grandes obras. Las grandes obras triunfan porque a veces estas satisfacen
inquietudes emocionales que la sociedad tiene o de las que carece. Por eso
la sociedad tiene un papel muy importante. Hay una mezcla de todo. Por
tanto hay que hacer una historia de la
recepción: ¿por qué las grandes obras
triunfan en determinadas épocas? Entonces va hablar de la función emancipadora del arte, que deja
de responder a las grandes inquietudes de su época y responde a las sociales. La
obra se emancipa de su época y la traemos a la actualidad. Por eso decir que el tiempo da la
razón a las obras maestras es falso.
Jauss quiere
estudiar a la persona. No importa
cómo está hecho el objeto artístico, me importa la experiencia de la
persona (¿por qué ha disfrutado?). El arte es catarsis, es experiencia. La experiencia estética es
más importante que la formal, que le objeto. Lo importante está en el receptor,
no en el objeto. Lo que hay que plantearse es qué ocurre en el receptor (experiencia estética: la experiencia que se produce al
entrar el contacto con una obra de arte y que no se produce con otros objetos).
Lo que le interesa es la recepción.
Hay que responsabilizarse de la opinión. Lo que importa son las
inquietudes personales que tiene cada individuo en cada momento dado. De eso
hay una parte que se puede analizar pero en otra no. Hay que partir de conocer
la forma primero, y después el estudio psicológico, social, etc. La teoría de la recepción estudia
efectos y sensaciones, y para esto no es necesario estudiar primero la
forma. No se niega la forma del texto, solo dice que hay algo más aparte de esa
forma.
“Al
final lo único que queda de una rosa es su nombre”. La literatura es algo más que las
sensaciones que produce.
-
El estudio del texto es un estudio de recepción.
o
Experiencia estética.
-
Horizonte de expectativas.
o
Distancia estética.
o
Historia de recepción.
§ Éxito de las
grandes obras.
-
Nudos.
-
Estudio de la persona.
o
Catarsis.
o
Experiencia.
o
Opinión.
o
Sensaciones.
o
Recepción.
A Isser no le va a importar que ocurra en la
sociedad, sino lo que pasa en la cabeza
del lector. Y aquí van a aparecer dos nuevas teorías:
-
Puntos de indeterminación: en toda
obra el autor deja una serie de espacios vacíos, de indeterminación, que no
quiere rellenar. Lo que hace el lector
es rellenarlos cada uno de una manera, lo que no implica que la sensación sea
diferente. En este relleno lo que hago es meter cuestiones personales,
obsesiones mías. A este proceso se le denomina concretización: vamos
construyendo, acabando de construir la obra en la cabeza. Este proceso
puede ser eterno, porque a
medida que cambia la sociedad también lo harán estos procesos. Las
obras no tienen unicidad de tema, significado o argumento, puede haber
varios. Así se produce el fenómeno de la
literatura. Al final lo que importa en la obra es lo que se diga que es la obra.
PUNTOS
DE INDETERMINACIÓN > CONCRETIZACIÓN > FENÓMENO DE LA LITERATURA
IDEAS CLAVE
1.
Nueva
Crítica
-
Texto.
· Falacia a la intención.
· Falacia interpretación.
· Falacia impresionista.
-
Estudio
del texto:
· Múltiples puntos de vista.
§ Todo está relacionado con todo.
· La interpretación no es infinita.
§ Lugar e intención determinados.
2.
Estructuralismo
I
-
Texto.
·
Mezclar todas sus posibilidades para encontrar una
estructura final que lo forme.
-
Interpretación del texto:
·
Percepción.
§ El análisis
debe ser objetivo.
§ Lectura
descriptiva.
§ Rigor
científico.
-
Objetos de estudio.
·
Bases de la literatura.
·
Interpretación.
·
Semiótica.
·
Deconstrucción.
-
Escritura pura.
·
Grado cero.
§ Perfección.
-
Competencia lectora.
·
Interpretación.
·
Disfrute.
3.
Estructuralismo
II
-
John Austin.
·
Actos del habla.
§ Locutivo.
§ Ilocuivo.
§ Perlocutivo
-
Escuela de Frankfurt.
·
Literatura política.
·
Democracia cultural.
§ Provocación
·
Literatura comprometida.
§ Cultura de
los poderosos.
-
Jauss.
·
Teoría de la recepción.
§ Experiencia
estética.
·
Lucha política.
·
Belleza.
·
Horizonte de expectativas.
§ Gustos.
§ Necesidades
de la época.
§ Obsesiones.
§ Distancia estética.
·
Historia de la recepción literaria.
§ Estructura.
·
Desautomatización.
·
Estudio de las sensaciones.
§ Nudos.
·
Geográfico.
·
Temporal.
·
Institucional.
·
Éxito de la obra.
§ Emancipación
del arte.
·
Estudia a la persona.
§ Experiencia.
§ Catarsis.
-
Isser.
·
¿Qué ocurre
en la cabeza del lector?
·
Puntos de indeterminación.
§ Concretización.
§ No hay
unicidad en las obras (idea antiaristotélica).
§ Fenómeno de
la literatura.
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