lunes, 29 de julio de 2013

5. Génova y la Economía en el Mediterráneo en época Moderna.


Por: Esteban Yeray García Mederos

Al acabar la Edad Media, Génova se interesa por el comercio naval,
 gracias a su expansión y  posición geoestratégica, les lleva, a raíz del comandante Andrea Doria, que se gana la confianza de las familias más ricas de Génova y de Carlos V rey de la Monarquía Hispánica,  a crear la República Marítima, su formación se llevó a cabo  por su intervención en las Cruzadas y su fuerte flota naval, considerado como el segundo puerto más grande de Europa, esto, y otras causas, como el Acuerdo de Condotta, será lo que la va a llevar a tener un sistema bancario que convierte  a esta ciudad en una zona portuaria fundamental,  surgiendo  una de las potencias financiera más grandes del Mediterráneo  en el s.XVI,  tomando de partida el cambio monetario  y el transporte de mercancías.


Génova en el siglo XVI XVII fue un sector portuario muy influyente en Europa, su debilidad militar les llevó a negociar a la  Monarquía Hispánica con la República  de Génova en 1528, en el llamado Acuerdo de Condotta, que se mantuvo hasta la muerte y el final del reinado de Carlos II, último Habsburgo de la dinastía española, con la desapropiación de los territorios españoles en Europa a causa de la Guerra de Sucesión española en 1700. Este acuerdo fue firmado por Carlos V rey de España y Andrea Doria representante de la República de Génova.

El acuerdo de Condotta, llevaba a unos acuerdos donde la Monarquía Hispánica daba protección y concesiones comerciales muy ricas, gracias a sus territorios en América,  y a su posición privilegiada en el patronato regio, concedida por el Papa a la Monarquía Hispánica, a cambio Génova daría apoyo a España contra los franceses, crédito al monarca, capital para sostener el poder militar, y el suministro de recursos navales para establecer la comunicación entre los alejados territorios de la Monarquía. Y Gracias a este apoyo desequilibrará la balanza en el enfrentamiento  a favor español contra los franceses. Génova tiene una relativa autonomía política.


Estas dos posiciones en el Mediterráneo crearon una interdependencia, muchos historiadores hablan de este fenómeno como sistema Imperial Hispano-genovés, creando una estabilidad social y política. La unión mercantil en el Mediterráneo de estos puntos estratégicos generó unos cambios en beneficio mutuo, creando una red comercial entre  los productos que entraban  del Atlántico por España  e introduciéndolos al Mar Mediterráneo y viceversa, esto genera en consecuencia  muchos comerciantes, navegantes y banqueros intermediarios, en el siglo XVI estas negociaciones  llevará a Génova a su mejor etapa durante estos siglos. La escasa autonomía política de la República y los fuertes lazos financieros que la ligaban a la Monarquía Hispánica, hacían a Génova como parte del reino español.

Sevilla fue el eje del comercio entre el Atlántico y el Mediterráneo, la entrada a Europa de los productos y metales traídos de América, entre España y Portugal mantuvieron el monopolio comercial en los puertos de Lisboa y Sevilla conocida esta como Casa de Contratación, los banqueros genoveses eran uno de los beneficiarios de este comercio,  financiando la política exterior de los Habsburgos.

El comercio y las negociaciones no se podía entender sin la importancia y el papel de la Banca de San Jorge, fue muy importante durante estas relaciones con la Monarquía Hispánica, uno de los primeros bancos europeos que formaron las familias genoveses en el siglo XV,  no era un banco en el sentido natural del término como lo conocemos hoy. En un principio, el crédito a los reyes era establecido por los judíos, pero al crecer el comercio marítimo, los préstamos se empezaron hacer en efectivo. El banco prestaba muchas sumas de dinero a gobernantes europeos, entre los que estaba entre ellos Carlos V, que tuvo una gran deuda durante una buena parte de su reinado. El banco estuvo muy relacionado con los comercios marítimos del siglo XVII, compitiendo con otras entidades como la Compañía Inglesa de la Indias Orientales. El banco estuvo en funcionamiento hasta la invasión de Francia con Napoleón, que cerró el banco y centralizó los poderes.

Esta estrecha relación entre las principales familias genovesas y de la monarquía, refleja gran parte del capitalismo de hoy en día, estas estrategias  y características comunes, pareciendo ser insustituibles, recuerda a la débil figura de estado que empieza asentarse en el s.XIX, y  el casi monopolio de los banqueros sobre las finanzas de la corona. Las crisis de la primera mitad del s.XVII, dejaron indemnes a las familias más poderosas, mientras  la corona de la monarquía con Felipe II, iba cayendo su valor, y sumando desconfianza a la hora de pedir créditos y mantener los costosos frentes militares  abiertos,  comprendiendo e incrementando el desplazamiento internacional de los Habsburgo, de ahí la retirada de los genoveses a partir de 1640.

Hay que mencionar que hay análisis contrapuestos entre historiadores económicos, sobre la dimensión internacional de la República.

El distanciamiento se fue incrementando a raíz de de la guerra de Mantua y con la paralela suspensión de pagos de 1627. La Monarquía al no poder hacer frente a los pagos, buscó acuerdos con otros países, en 1654 fueron confiscados los bienes genoveses por los italianos.

Las culpas de esta caída se otorga por varios historiadores a los hombres de negocios de la República, que arruinaron al reino, con los elevados intereses de los préstamos y la masiva extracción de plata, gozaron de ventajas con respecto a sus rivales los como los portugueses, ingleses y holandeses, que lograron acceder a los gobiernos locales y tener  beneficios e influencia  a través de la monarquía al patronato Regio, los alberghi  mantuvieron un control exclusivo en los cargos públicos de la república y de la corona en intercambios políticos, controlando los mejores juros, influencia militar y títulos nobiliarios,  originando el abandonando de los genoveses en sus actividades mercantiles y comerciantes , aunque mejoraron la gestión y el acceso a productos de lujo reforzando el estatus social de las élites.

Las reformas constitucionales se pusieron en marcha con Andrea Doria, para incrementar la estabilidad política interna, uno de los principales problemas por el gran paso de extranjeros. En estos siglos la sociedad genovesa no era homogénea, existían muchos transeúntes, las transferencias culturales hispano-genovesas se podían observar por ejemplo en las infraestructuras de los edificios. A finales del S. XVII ya fracturadas las relaciones,  provocó un desplazamiento de Génova de la posición central que había jugado hasta entonces en el escenario internacional.

Conclusión

Génova marcó un antes y un después en la historia del Mediterráneo y mundial, a partir del Acuerdo de Condotta con la Monarquía Hispánica, el Tráfico comercial entre el Atlántico y el Mediterráneo abrió lo que se conoce como el principio del Capitalismo y la Globalización, teniendo un dominio portuario internacional,  una red comercial entre Génova, Sevilla, Londres y Ámsterdam.  El surgimiento de los bancos, es otra de las figuras más grandes  del sistema socieoeconómico actual, con la creación de La Banca de San Jorge, uno de los primeros bancos de Europa y del mundo,  se estableció los primeros créditos como entidad, también conocido por siglos anteriores pero a menor escala como moneda de cambio, viendo como por primera vez los comerciales y negociantes se situaban sobre la figura del monarca y del estado,  concediéndoles préstamos y deudas. Aunque es muy diferente al capitalismo actual, aquí se pueden apreciar las bases de este fenómeno extendido por todo el mundo.

Se puede ver desde un punto de vista económico, cultural, antrolopológico entre otros, por las características comunes humanas para la extensión según sus intereses, punto de inflexión y de análisis de cómo y de qué manera intentan resolver los problemas socioeconómicos de la época, y como se va estructurando y estrechando el intercambio de poderes, e introduciéndose en la política.

Por: Esteban Yeray García Mederos

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